Templo Mayor


Resumen:

Los integrantes de la Marea Rosa y del colectivo Unid@s, que tan activos anduvieron en la campaña de defensa del INE y durante la campaña electoral de principios de año, están dando señales de vida después de un silencio de varios meses.

Transcripción:

Los integrantes de la Marea Rosa y del colectivo Unid@s, que tan activos anduvieron en la campaña de defensa del INE y durante la campaña electoral de principios de año, están dando señales de vida después de un silencio de varios meses.

Pasado mañana ofrecerán una conferencia para dar detalles de su convocatoria a una "Gran Marcha en Unidad contra el Plan C", programada para el próximo domingo 8 de septiembre en la sede del Senado.

Será interesante ver qué figuras políticas de la oposición acompañan la convocatoria y, particularmente, si la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, quien recibió el apoyo de ese movimiento al final de su campaña, se unirá a ellos.

Lo que sí llama la atención es que ya van tarde, pues, si todo sale como lo tiene planeado el nuevo coordinador de los diputados de Morena, Ricardo Monreal, para el día de la marcha ya estará aprobada la reforma judicial, pieza central del llamado Plan C que se busca combatir con la movilización.

Además de la reforma a los estatutos del PRI que le permitió a Alejandro "Alito" Moreno reelegirse al frente de su partido, en las letras chiquitas hay otro cambio que puso en alerta a algunos tricolores.

Sucede que se le otorga a la Comisión Política Permanente, que es controlada por el campechano, la facultad de autorizar que los inmuebles propiedad del partido sean vendidos o hipotecados sin que se requiera el voto mayoritario del Consejo Político Nacional.

Y sabiendo cómo se las gasta Moreno, hay quienes temen que se aproveche de esa nueva capacidad para hacer negocio con los edificios que pertenecen al partido y que han sido comprados con recursos públicos a lo largo de varias décadas.

No vaya a ser que un día de estos nos enteremos de que algún familiar de un jerarca priista compró a precio de ganga, tipo playa de Campeche, la sede tricolor de Buenavista.

Grave lo que está ocurriendo con los taxistas del aeropuerto de Cancún. Más allá de que sus protestas son para defender su monopolio y poder seguir haciendo cobros abusivos a los usuarios, la violencia con la que actúan tiene todo el sello del crimen organizado. Es de dominio público que, desde hace años, los transportistas de ese puerto fueron primero infiltrados y, más tarde, controlados por los cárteles de la droga…
Tal y como ocurrió en Acapulco.

Mal antecedente, pues, ese destino de playa en Guerrero vive una profunda crisis por la falta de turistas, y no sólo por los efectos del huracán "Otis", principalmente porque los criminales llevan años metidos hasta en la sopa.