Transcripción:
Quienes creen que al asumir la Presidencia de México, Claudia Sheinbaum soltará la capital, se equivocan. Así como a ella Andrés Manuel López Obrador le impone piezas en su gabinete, la exjefa de Gobierno hará lo mismo con Clara Brugada.
Esta ruta de imposiciones a quien más perjudica es a la próxima gobernante de la ciudad, que tendrá que esperar a que Sheinbaum termine de nombrar a su equipo para ver qué gente le hereda y de qué lugares puede disponer.
Por ejemplo, está claro que el próximo secretario de Finanzas de la Ciudad de México será Juan Pablo de Botton, actual subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, identificado con uno de los hijos del Presidente.
Al lugar que dejará De Botton en la SHCP llegará Bertha Gómez, secretaria de Administración y Finanzas del gobierno capitalino. O sea, los gobiernos local y federal sólo catafixiarán a sus funcionarios.
Pero como el próximo encargado de las finanzas no es de su equipo, Brugada intentará revivir el cargo de oficial mayor, que en este sexenio desapareció, para rescatar ahí a Guillermo Rocha, gente de todas sus confianzas.
Y es que, además de que no puede dejar la ciudad en manos de los duros de Morena, todo el mundo tiene claro que si Clara ganó se debe a la operación de último minuto de Sheinbaum, quien tuvo que llegar a enderezarle el barco.
Concluían las campañas cuando, de manera exprés, Claudia formó un cuarto de guerra muy compacto, en el que sólo estaban Mario Delgado, Alejandro Peña, Esthela Damián y Jesús Valencia, además de ella.
Porque Clara no habría ganado sola y, prueba de ello, son los votos que ambas candidatas morenistas obtuvieron aquí. Los ricos de la capital votaron por Claudia, pero no por Clara; igual votaron por Santiago Taboada, pero no por Xóchitl Gálvez.
Quienes hacen números al interior de Morena aseguran que de las once alcaldías que ganó la 4T, al menos GAM, Iztapalapa, Tlalpan, Venustiano Carranza, Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta e Iztacalco le reportan a ella.
Mientras que Azcapotzalco, Magdalena Contreras y Álvaro Obregón están con Brugada. Por lo que respecta al Congreso de la Ciudad de México, ahí las cosas están un poco más equilibradas, pero eso no quiere decir que Sheinbaum dejará libre la capital.
Y es que también ella ha sufrido varios apretones que le llegan de Palacio Nacional, desde donde el aún inquilino del lugar le hace recomendaciones de personajes cuya valía no debe desaprovechar, para que el segundo piso de la transformación marche en orden.
Está claro que buena parte del gabinete anunciado por Claudia no es de ella, sino sugerencias. Por ejemplo, Marcelo Ebrard en Economía, Zoé Robledo en el IMSS, Raquel Buenrostro en la Función Pública, Ariadna Montiel en Bienestar, y Rosa Icela Rodríguez en la Segob.
Y ni qué decir en las coordinaciones legislativas, donde los encargados no serán precisamente de su establo.
CENTAVITOS
Quién sabe si sólo fue por darle el avión o en serio Sheinbaum esté pensando en invitar a su gabinete a Cuauhtémoc Blanco, gobernador saliente de Morelos, a quien en la campaña por la gubernatura del estado corrió del lugar porque afectaba la candidatura de Margarita González Saravia, quien finalmente será su sucesora. Claudia dijo ayer que integraría a todos los gobernadores de su partido que terminaran sus encargos, aunque Blanco tiene un lugar como diputado federal y a lo mejor de ahí se agarra la doctora para olvidarse de él, a quien, por cierto, señalan como deudor alimentario.