Resumen:
Que el senador Gerardo Fernández Noroña usó el miércoles el teléfono rojo de su oficina en la Mesa Directiva para llamarle a Norma Piña, presidenta de la Corte, aunque no pudo encontrarla. Ayer, después de que la mayoría de ministros avaló dar entrada a la consulta sobre la reforma judicial, cambió de parecer y dijo que no la buscará más, así que ahora las muestras de prudencia deberán venir del Poder Judicial, es decir, que toca devolver la llamada al morenista.
Transcripción:
Que el senador Gerardo Fernández Noroña usó el miércoles el teléfono rojo de su oficina en la Mesa Directiva para llamarle a Norma Piña, presidenta de la Corte, aunque no pudo encontrarla. Ayer, después de que la mayoría de ministros avaló dar entrada a la consulta sobre la reforma judicial, cambió de parecer y dijo que no la buscará más, así que ahora las muestras de prudencia deberán venir del Poder Judicial, es decir, que toca devolver la llamada al morenista.
Que la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, encabezada por Ricardo Monreal, presidirá al menos 26 de las 51 comisiones ordinarias, aunque, paradójicamente, ese capital parlamentario se ha convertido en un problema para la mayoría guinda, pues casi la totalidad de sus 253 integrantes buscan encabezar alguno de los grupos de trabajo u ocupar una secretaría; sin embargo, es sabido que varios legisladores no acreditan el conocimiento y la capacidad necesarias para cumplir esas responsabilidades.
Que ya comenzó el proceso para elegir al nuevo titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues Rosario Piedra Ibarra concluye funciones a mediados de noviembre luego de cinco años de polémicas de todo tipo, incluida la queja de los propios trabajadores sobre el manejo del organismo. En esas circunstancias, la Mesa Directiva del Senado instruyó ayer a las comisiones unidas de Derechos Humanos y de Justicia a emitir la convocatoria y ahora solo es cuestión de ver quién se apunta.
Que siguiendo con el Senado, este jueves se apareció sorpresivamente por allá Jorge Luis Lavalle, el ex legislador panista que estuvo encarcelado por la corrupción en el caso Odebrecht, cuyo principal protagonista es Emilio Lozoya, por cierto, también libre. Se le vio por la zona conocida como “pasos perdidos”, aunque no iba solo, sino con Luis Fernando Salazar, también ex panista y ahora legislador de Morena. Eso sí, no quiso hablar nada de nada.