Crisis y oportunidades


Resumen:

ANA LAURA MAGALONI La reforma judicial abre la posibilidad de corregir algunos problemas torales de los sistemas de justicia local.

Transcripción:

La reforma judicial abre la posibilidad de corregir algunos problemas torales de los sistemas de justicia local.

Crisis y oportunidades

El miércoles 2 de abril de 2025 pasará a la historia. Un solo hombre, con delirios de grandeza y poca estabilidad emocional, terminó de un plumazo con el equilibrio económico mundial.

Todo se mueve y una nube de incertidumbre cubre al mundo. Los mercados reaccionaron inmediatamente: las bolsas se cayeron, las expectativas de crecimiento se redujeron y las inversiones quedaron en pausa.

¿Cómo podemos navegar en México este momento histórico de la mejor manera posible? La presidenta Sheinbaum propone el Plan México. De lo que se trata es de fortalecer el mercado interno, la inversión pública-privada y la producción nacional. Para que sea viable su ambiciosa estrategia, es indispensable reducir la incertidumbre que estamos viviendo. Claramente, una parte viene de fuera y poco podemos hacer al respecto.

Sin embargo, otra parte de ella es interna y deberíamos hacer algo para atemperarla. La reforma judicial es una de las principales causas internas de incertidumbre. La productividad de las empresas requiere intercambios y cooperación constante entre personas. Es así como se genera valor y riqueza. Estos intercambios se inhiben si no existe una forma accesible, efectiva y ágil de hacer efectivo el pago de deudas contractuales en caso de incumplimiento. La reforma judicial afecta negativamente la predictibilidad jurídica y, con ello, la actividad económica del país.

En México nunca han funcionado bien los procesos judiciales que involucran el cobro de deudas contractuales. Estos procesos casi siempre inician en la justicia local y están diseñados de tal manera que, en muchos casos, para las personas y las empresas ni siquiera vale la pena un juicio, pues el monto de la deuda es menor que el costo del proceso. En casos con montos más significativos, es excesivo el tiempo que tarda el sistema en hacer efectivo el pago. Una empresa, con un buen abogado, puede tardar en promedio 7 meses solo en notificar la demanda al deudor y, una vez que gana el juicio en tres instancias judiciales, puede tardar 15 meses más en ejecutar la sentencia. Los obstáculos son conocidos; un importante número de estos se podría resolver con plataformas tecnológicas e inteligencia artificial.

En este sentido, paradójicamente, una reforma judicial tan radical como la que se está llevando a cabo abre una ventana de oportunidad para corregir algunos de los problemas torales de los sistemas de justicia local. Ello no solo involucra el cobro de deudas, sino un abanico enorme de conflictos entre personas. La puerta de entrada para resolver la inmensa mayoría de ellos es el juzgado de primera instancia local. Todos esos asuntos pueden llegar a un tribunal federal siempre y cuando se agoten las dos instancias locales. En la práctica, aproximadamente solo el 8% de los juicios locales llegan a un tribunal federal.

Históricamente, nuestros poderes judiciales locales han sido instituciones muy capturadas por intereses económicos, políticos y criminales. El Poder Judicial federal, durante cinco décadas, ha servido para amortiguar en parte el desastre de la justicia local. Esa posibilidad es la que destruye la reforma judicial en curso y, para no quedarnos todos en la absoluta indefensión, es indispensable que la reforma en el ámbito local aproveche la ventana de oportunidad que abre el reemplazo de todas las personas juzgadoras, para hacer un cambio radical en su arquitectura y gestión de casos. Es posible, porque sí lo es, imaginar hacer realidad un sistema de justicia local accesible, simple, razonable y útil.

El jueves pasado se inauguró el Observatorio Ibero sobre el Sistema de Justicia. El rector Luis Arriaga me dio la gran oportunidad de encabezarlo. El objetivo del mismo es poner la mirada, los esfuerzos analíticos y las propuestas en la justicia local, en ese al ras de tierra que tanta falta le hace a México. Estoy convencida de que hay un tipo de oportunidades que solo existen en medio de una crisis del calibre de la que estamos viviendo. La reforma a la justicia local creo que es una de ellas.

ANA LAURA MAGALONI