Resumen:
La fotografía tomada a mitad del mes, en Iztapalapa, donde Clara Brugada fue invitada a inaugurar la última utopía que planeó como alcaldesa, muestra a Aleida Alavez estirando la cabeza al máximo, para tratar de verse allá por la tercera fila de invitados, donde fue relegada.
Transcripción:
La fotografía tomada a mitad del mes, en Iztapalapa, donde Clara Brugada fue invitada a inaugurar la última utopía que planeó como alcaldesa, muestra a Aleida Alavez estirando la cabeza al máximo, para tratar de verse allá por la tercera fila de invitados, donde fue relegada.
Ello evidencia el divorcio entre Brugada y quien la sucederá al frente de la alcaldía más grande de la CDMX, que durante nueve años controló la futura jefa de Gobierno, que apostaba por Martha Ávila, coordinadora de Morena en Donceles, como su heredera.
Pero Claudia Sheinbaum se atravesó e impuso a Alavez, que no sólo ganó, sino que superó por mucho la votación histórica en Iztapalapa, incluso por encima de la propia Brugada, quien no quedó nada contenta. Es claro que Aleida no hubiera ganado sin el apoyo de Ariadna Montiel, secretaria federal del Bienestar, quien le prodigó todo tipo de respaldos para que la operación fuera un éxito.
Sobre todo porque, durante la campaña, Brugada no solamente dejó sola a la candidata de Claudia, sino que la estuvo boicoteando. Quería evitar que alguien identificada con René Bejarano se apropiara de su territorio.
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La guerra interna morenista estaba siendo aprovechada por la alianza opositora, que a través de la perredista Karen Quiroga iba avanzado en el territorio, hasta convertirse en una amenaza para los candidatos de la 4T.
Fue hasta que, un mes antes de la elección, la propia Sheinbaum tomó el asunto en sus manos para poner en orden la casa. Llamó a todos los liderazgos a no equivocarse apoyando a la oposición; todos entendieron el mensaje.
La operación impulsada por la estructura de Montiel arrojó resultados que ni los propios morenistas esperaban, con una lluvia de votos en favor de la 4T, lo que coadyuvó, incluso, a que la propia Brugada ganara ampliamente la Jefatura de Gobierno.
Y cómo son las cosas, pues el triunfo arrollador de Aleida hizo que Clara se alejara más e, incluso, en reuniones posteriores con los alcaldes electos de su partido, se ha notado el hielo que hay entre ambas cuando de casualidad llegan a estar juntas.
Así como Clara tiene diferencias con Claudia, también las tendrá con Aleida, quien encabezará un gobierno muy acotado, tanto en lo político como en lo económico. Es irónico que, a pesar del triunfo, la alcaldesa electa se sienta abandonada.
Tiene claro que no la tendrá nada fácil y que desde el gobierno central intentarán hacerle la vida de cuadritos, pues el interés de Brugada es recuperar a la brevedad el control de Iztapalapa y desde la Jefatura de Gobierno operará para que los iztapalapenses la extrañen.
Elementos para boicotear a Aleida tendrá de sobra, y no solamente por las herramientas que puede usar desde el gobierno central, donde se controlan el presupuesto, la seguridad y los servicios públicos, sino también desde el Congreso capitalino, que aprueba y vigila los recursos.
Una herramienta más será la facultad aprobada apenas el mes pasado en Donceles, que da al gobierno central el monopolio absoluto de todos los programas sociales, que hoy todavía pueden otorgar las alcaldías.
Difíciles se ven las cosas para la solitaria Aleida.
CENTAVITOS
Como una opinión de enanos calificó Santiago Taboada las quejas de grupos que lo acompañaron en su campaña por la Jefatura de Gobierno, quienes afirman que el panista los dejó a su suerte tras ser derrotado por la morenista Brugada. Aunque las quejas son numerosas, Santiago dice que provienen de enanos de la política.