Transcripción:
Si es verdad que la tendencia de las derechizas políticas en el continente en los últimos años ha sido perder la mayoría en sus respectivos países; luego, las elecciones generales; a las que no reconocen como válidas, ni al ganador o ganadora de éstas; para después querer revertir el resultado, por las buenas o por las malas, entonces, es muy probable que la elección presidencial de México en pocos días siga ese camino. Lo anterior, en virtud de la clara ventaja de MORENA y su candidata Claudia Sheinbaum, sobre sus contrincantes, así como a la guerra sucia de la oposición del PRIAN, por lo que es oportuno conocer los posibles escenarios que se darán a partir del día 3 de junio.
El primero, y que más espero, es que el claro y amplio triunfo de Claudia no deje dudas a nadie, especialmente a la derechiza, a fin de sacar presión a esa olla hirviendo en que se ha convertido este proceso electoral. El papel del INE será fundamental para que todo mundo despierte tranquilo al otro día, aunque enojados algunos, porque su candidata o candidato perdió la grande. Faltarían los resultados de a diputados y senadores, que acapararían la atención en los próximos días ante la posibilidad de lograr la mayoría calificada de MORENA.
Aun así, el ambiente se relajaría y concentraría en los resultados locales, donde la presión se dividiría en, por lo menos, 9 estados, es decir, en los resultados de cada gubernatura en juego, y de los poderes locales, lo cual parece manejable para cada órgano político local electoral (OPLE). Quizá la más significativa sea la CDMX por su importancia política, donde otra clara victoria de MORENA sería tranquilizadora, aunque no exenta de protestas ante la retórica incendiaria y vil del candidato del PRIAN.
El segundo escenario es el pesimista, donde a pesar de los triunfos ya relatados, la derechiza promueva varias formas de ensuciar y desacreditar la elección, teniendo al INE y al IECM en el centro del debate que, tomando partido, especialmente el IECM, proclame como ganador a Taboada, que despierte la furia morenista, dispuesta a todo para defender el triunfo.
Vayamos paso a paso:
· En mi opinión, la principal preocupación en la elección general es que el INE no esté a la altura de las circunstancias, pues a pesar de que ya no están los consejeros prianistas, existen otros funcionarios -altos y medios- en los que descansa todo el proceso técnico y operativo de la elección. Yo no estoy convencido aun de que, por un lado, la presidenta del organismo, Guadalupe Taddei, tenga el control técnico y operativo de la elección, ni tampoco, por otro lado, el poder interno ni la confianza de esos funcionarios para evitar cualquier intento de ensuciar la elección y alterar resultados.
· Quizá el mayor riesgo venga de IECM, el cual ya dio muestras de estar a favor del candidato del PRIAN, al concederle medidas cautelares para no ser relacionado al "cártel inmobiliario" o llamarle "Tajada" como apellido, como si no fuera suficiente la cara de pillo para saber qué hizo y a qué se dedica. En ese sentido, el IECM puede ir desde establecer un empate técnico, hasta lograr, a base de trampas numéricas, el triunfo de Tajada, quiero decir, Taboada. Lo que provocaría toda la furia de MORENA y el pueblo.
· Igual, el accionar del IECM podría ser emulado por el resto de los OPLE s en los estados, que provocaría un desorden y caos monumental a favor del PRIAN, donde reine la incertidumbre por el proceso electoral, que aprovecharía la derechiza para llamar a la anulación de la jornada electoral.
· Desde luego, toda esta estrategia no estaría completa si las misiones de observación electoral, particularmente de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA), que pugnan por una democracia puritana en el continente, denuncien una serie de irregularidades electorales, que fortalezcan el plan de la derechiza de anular la elección. No hay que olvidar lo que sucedió en Bolivia en 2019, cuando un informe de la OEA detonó un suave golpe de estado, que llevó a Evo Morales al exilio a México y a repetir la elección en 2020 que, por cierto, volvió a ganar su partido.
· Y aquí habrá que subrayar el habitual contubernio de las derechizas con la OEA -especialista en dañar elecciones-, particularmente, teniendo ahí todavía en sus filas al mexicano, encargado de los temas de democracia y gobernabilidad, designado por Almagro a expresa solicitud del último gobierno priista, quien se dio el lujo de ausentarse del cargo para venir a la campaña priista del 2018, y el recondenado gusto de regresar al puesto, una vez derrotado. Me imagino que querrá venganza, al igual que Almagro, por todas las críticas del gobierno de AMLO a su desempeño como secretario general durante los últimos 5 años, en los que acabó con lo único decoroso que tenía la OEA: sus misiones de observación electoral (MOE s), que se han convertido -paradójicamente- en factores de desestabilización de la democracia.
· La última fase de la elección -la judicialización- correrá a cargo del Tribunal Electoral (TE), donde ya sabemos cómo se las gastan para arreglarse en lo oscurito, ir a cenas prohibidas y tomar decisiones a solicitud de su jefa mayor, la Norma Piña.
· La idea fundamental es vender cara la derrota prianista, ensuciar el proceso electoral y defender con todo cada una de las plazas que hasta hoy tiene, a fin de sobrevivir a la cuarta transformación que, en vista de la falta de ideas, estrategias y proyecto, será ya un triunfo para la derechiza.
Es una verdadera pena que todavía hoy, en el primer cuarto del siglo XXI, donde algunos países ya vienen de regreso, otros van llegando, y la mayoría avanza, nosotros -los mexicanos- estemos atorados, por lo menos, en teoría, en la llamada transición democrática, sólo porque al 30% de la población, es decir, la minoría, se le acabaron las ideas. Aunque en la práctica, el 70% de la población se dejará sentir en las urnas, a fin de transitar finalmente a la democracia plena.
Mario Alberto Puga
Politólogo y exdiplomático