Resumen:
MÁS QUE un grito, ayer se escuchó un sentido lamento por la reforma judicial. Y fue ni más ni menos que del ex presidente Ernesto Zedillo, quien denunció que las nuevas reglas "destruirán el Poder Judicial y, con ello, enterrarán la democracia mexicana y lo que quede de su frágil Estado de derecho".
Transcripción:
MÁS QUE un grito, ayer se escuchó un sentido lamento por la reforma judicial. Y fue ni más ni menos que del ex presidente Ernesto Zedillo, quien denunció que las nuevas reglas "destruirán el Poder Judicial y, con ello, enterrarán la democracia mexicana y lo que quede de su frágil Estado de derecho".
EL EX MANDATARIO tiene por regla no opinar de los sucesos en México y mucho menos referirse a su paso por la Presidencia, pero ayer lo hizo para aprovechar un foro ideal: la Conferencia Anual de la International Bar Association, la principal organización mundial de los profesionales jurídicos.
EL JUICIO de Zedillo fue certero y, sobre todo, sustentado, ya que explicó que, contrario a lo que dicen en la 4T, la reforma de su sexenio fue acompañada de otras que creaban o fomentaban instituciones, no que las destruían.
CRÍTICO de su momento, Zedillo afirmó que el México que le tocó gobernar "no era una verdadera democracia" porque el Estado de derecho era débil, lo cual generaba inseguridad y violaciones a los derechos humanos, pero también normalizó la corrupción.
Y EN ese sentido advirtió que la democracia y la justicia "son mutuamente dependientes; una no puede existir sin la otra".
POR CIERTO que en la misma reunión de la IBA, los representantes de la abogacía internacional entregaron un reconocimiento a la Suprema Corte de Justicia, el cual fue recibido por Norma Piña.
FIEL A su estilo institucional, la ministra presidenta no aprovechó el foro para despotricar contra la reforma. Dijo que el galardón no era para ella sino para todos los trabajadores del Poder Judicial y señaló que la mejor defensa de la Corte es dejar que hablen sus sentencias.
Y AHÍ enumeró algunas de las resoluciones sobre la prisión preventiva, el derecho a una defensa adecuada, la presunción de inocencia, la libertad religiosa. También los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales; el interés superior de la niñez; la propiedad intelectual o el derecho de reunión; así como la perspectiva de género; la autonomía reproductiva de las mujeres; el derecho de acceso a la información; los derechos de las personas con discapacidad... ¡Ufff!, entre muchas otras incomodidades para ya saben quién.
DENTRO de todas las malas, ayer el dirigente panista Marko Cortés tuvo una buena. Acompañó a Miguel Varela a rendir protesta como alcalde de la ciudad de Zacatecas, un día después de que el Trife le devolvió su triunfo en las elecciones.
AHORA lo que sigue para el presidente del CEN panista no es motivo de fiesta: tiene enfrente la renovación de la dirigencia, en medio de fuertes críticas dentro del propio panismo. Cortés, como sea, ya amarró hueso como senador los próximos seis años, pero la duda es qué pasará con el PAN.
CURIOSAMENTE Marko anunció que llevará a cabo ¡una encuesta! para conocer la opinión de la militancia. Tal vez sería más efectivo convocar a reuniones con la verdadera base albiazul y escucharla de viva voz.