Capital Político // Se echa el país a los hombros


Resumen:

Ojalá que la Presidenta tome sus propias decisiones, pues será ella quien responda por su gestión.

Transcripción:

Ojalá que la Presidenta tome sus propias decisiones, pues será ella quien responda por su gestión.

Desde su primer día como presidenta, Claudia Sheinbaum carga sobre sus hombros no sólo el destino de una nación, sino la responsabilidad de ser la primera mujer en la historia de México que llega al cargo, y la esperanza que millones de mexicanos depositan en ella.

De lo que acontece en el país, ella es responsable desde el primer minuto de ayer, a pesar de que fue hasta el mediodía cuando la Cámara de Diputados le tomó la protesta constitucional como mandataria.

La Presidenta recibe un país en crisis, con varios frentes abiertos, que no será nada fácil de superar. Pero desde que asumió el reto sabía lo que le esperaba en caso de ganar, y su llegada genera una nueva esperanza entre la gente.

Si bien lo más importante serán los resultados de su gestión, Claudia tiene también el reto de demostrar que en un país dominado históricamente por los hombres, una mujer es capaz de hacer bien el trabajo.

Aunado a ello, está obligada a no defraudar a las propias mujeres, que anhelan verse representadas en ella, sin importar si votaron a su favor o no en junio pasado.

Haber obtenido la Presidencia de la República es el pago a una deuda histórica que el país tenía con las mujeres, que por primera vez son mayoría en varios congresos, y que al menos ayer en San Lázaro encabezaron los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo.

Ello obligará a Sheinbaum no sólo a superar los retos que enfrentará como Presidenta; deberá irse quitando poco a poco la sombra de Andrés Manuel López Obrador, para demostrar que está ahí por méritos propios, y no porque la hayan impuesto.

Si bien López Obrador le dejó incrustados a sus cercanos en Morena, en la Fiscalía General de la República, la Consejería Jurídica, algunas carteras importantes de su gobierno, y las coordinaciones en San Lázaro y en el Senado, ella es hoy Presidenta.

No podrá sacudirse de inmediato esas cuñas ni romper lanzas con su antecesor, pero ya sentada en la silla debe legitimar la independencia de sus decisiones, para que todo el mundo tenga bien claro que ahora ella es la que manda.

Aunque Andrés Manuel ha dicho que se irá a su rancho y que no se meterá en el nuevo gobierno, nadie lo cree. Sobre todo porque lo repite tanto sin que nadie le pregunte, que hace pensar que se mantendrá muy atento.

Ojalá que Sheinbaum tome libremente sus decisiones, pues al final será ella quien responda por su gestión, aunque no la tiene fácil. Y es que, aunado a las cuñas que hereda, hay personajes de la propia 4T que disfrutarían verla tropezar.

Lo que conviene a México es que la Presidenta haga bien su trabajo, pues tiene en sus manos el futuro de las generaciones del país. Merece ser apoyada por todos, independientemente de los colores de cada quien, porque la elección ya terminó y ahora hay que respaldarla.

CENTAVITOS..

El cambio de gobierno no fue el único evento importante, pues ayer, en el Congreso de la Ciudad de México, los 16 alcaldes capitalinos rindieron protesta para asumir oficialmente sus cargos. Independientemente de que todos llevaron porra, llama mucho la atención el mensaje de la presidenta de la Mesa Directiva, la morenista Martha Ávila, quien les recordó que la lucha electoral había quedado atrás, y que ahora todos debe trabajar por el bien de los ciudadanos. Ávila tiene toda la razón y son de reconocerse sus palabras, sobre todo porque nadie de Morena las había dicho antes.

Las mujeres, al menos ayer en San Lázaro, encabezaron los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo.