Resumen:
Así como los panistas rogaban que la señora Martha le escondiera el celular a Vicente Fox, para que ya no regara el tepache a través de sus redes, pasa lo mismo con Marko Cortés, que, cada que difunde una barbaridad, pone a temblar a su partido.
Transcripción:
Así como los panistas rogaban que la señora Martha le escondiera el celular a Vicente Fox, para que ya no regara el tepache a través de sus redes, pasa lo mismo con Marko Cortés, que, cada que difunde una barbaridad, pone a temblar a su partido.
A más de uno le urge que el dirigente nacional ya se vaya, porque cada vez que abre la boca —o presiona las teclas—, le acomoda tremendos zapes a su propio partido, de por sí en la lona.
En el más reciente intento por evadir su responsabilidad en la derrota del PAN, Cortés, incluso se mimetizó con el inquilino de Palacio Nacional, que se la pasa culpando de todos sus males al expresidente Felipe Calderón.
De la 4T se entiende que busque culpar a sus antecesores —menos a Enrique Peña, por supuesto—, pero que el propio PAN le quiera endilgar la derrota a alguien que se fue hace 12 años, claro que calienta.
Calderón acusó a Marko de llevar al blanquiazul a su peor derrota, y de agandallarse los espacios para él y los suyos, dejando fuera a tribuneros como Jorge Triana, quien perdió su reelección como diputado federal, y no se le protegió con una plurinominal, como a otros.
Visceral como es, Cortés reviró al expresidente, acusándolo de haber dejado sola a Josefina Vázquez Mota en 2012, provocando que el PAN perdiera la Presidencia y se la entregara al PRI.
Incluso puso en duda que Calderón no supiera en las que andaba su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna. Dijo que si no sabía, mal; si sabía y no hizo nada, peor, y que eso dañó la imagen panista.
El líder del PAN no midió que con sus palabras le estaba dando la razón al oficialismo, que siempre señaló que García Luna —preso en Estados Unidos— operó con la complacencia de Calderón. Nada de eso ayuda a levantar la moral de sus compañeros.
Porque si de descrédito habla, Markito debería recordar la balconeada que el gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, le puso al denunciar que el panista le estaba exigiendo notarías; secretarías —entre ellas la de Obras—, y oficinas de recaudación, entre otras, en pago a su apoyo.
Y el líder albiazul no tuvo empacho en aceptarlo a través de un comunicado oficial, en el que exigía que Manolo le cumpliera el pacto. Cortés difundió en sus redes el supuesto acuerdo, hecho a mano en un pedazo de papel.
La difusión de ese documento fue aprovechada por López Obrador, quien lo calificó como un pacto mafioso, incluso bromeó con que sólo faltó que se repartieran los baños públicos. Y hasta se dio el lujo de agregar: “Cuando se reparte mal el botín, hay motín.
“Firmaron un acuerdo, pero lo fantástico, surrealista o descarado, es que lo dé a conocer el mismo presidente del PAN. Se lo tenemos que agradecer mucho, porque todo esto ayuda a entender cómo se dan estos enjuagues”, dijo el Presidente en enero.
Incluso, la entonces precandidata Xóchitl Gálvez, tuvo que salir a declarar que ella no compartía esos acuerdos. Después del escándalo, el PAN quedó fuera de la Alianza Ciudadana en Coahuila, que integraron PRI, PRD y Unidad Democrática.
Si para Cortés eso no representó ningún descrédito para su partido… Pero mientras se va, no estaría mal que escondieran el cel.
CENTAVITOS
La ministra Lenia Batres fue excluida de participar en el análisis del caso de la aspirante a comisionada del Inai, Ana Yadira Alarcón, quien tras el veto de Palacio Nacional recurrió a la Corte. Alarcón pidió que su caso no recayera en la ministra del pueblo, por lo que le fue turnado al ministro Javier Laynez.