En morgues de BC, fentanilo en uno de cada cinco cuerpos


Resumen:

El individuo era de sexo masculino, entrado en los 30. Su cuerpo arribó el 26 de agosto de 2023 a la morgue de Mexicali, capital de Baja California, tras fallecer por insuficiencia respiratoria aguda, edema pulmonar y farmacodependencia, típicos de una sobredosis. En su organismo había restos de fentanilo, pero también de anfetaminas y metanfetaminas.

Transcripción:

El individuo era de sexo masculino, entrado en los 30. Su cuerpo arribó el 26 de agosto de 2023 a la morgue de Mexicali, capital de Baja California, tras fallecer por insuficiencia respiratoria aguda, edema pulmonar y farmacodependencia, típicos de una sobredosis. En su organismo había restos de fentanilo, pero también de anfetaminas y metanfetaminas.

Como ese caso, el Servicio Médico Forense (Semefo) del Poder Judicial de Baja California ha encontrado la huella del opioide sintético en 18 por ciento de los cuerpos que van a dar a las morgues de Mexicali y Tijuana, ciudades fronterizas con Estados Unidos, donde la droga ya ha matado a más norteamericanos que las guerras de Vietnam, Afganistán e Irak juntas.

Hace poco más de dos años, en junio de 2022, la dependencia inició la búsqueda del narcótico en los cadáveres que llegan al anfiteatro de la capital del estado, ya partir de marzo de 2023 también al de Tijuana. Desde entonces y hasta junio pasado, ha detectado la sustancia en 664 de 3 mil 665 cuerpos analizados, comparte a MILENIO su director estatal, César González Vaca.

La presencia del opioide es mayor en Mexicali (22 por ciento de los cuerpos analizados) que en Tijuana (13 por ciento).

El funcionario explica que el Semefo de Baja California ya efectuaba desde antes pruebas toxicológicas para cinco tipos de droga -anfetaminas, metanfetaminas, cocaína, opiáceos y mariguana-, pero a raíz de la crisis de fentanilo que azota a su vecino estadunidense arrancó un programa para la detección del opioide en todos los cadáveres que recibe.

Otras instituciones forenses del país también realizan pruebas toxicológicas, pero al depender de las fiscalías estatales solo lo hacen a petición de un Ministerio Público. A diferencia de sus contrapartes en otros estados, el Semefo bajacaliforniano depende del Poder Judicial local, lo que le permitió ser pionero en el análisis de todos los cuerpos sin que medie el requerimiento de alguna autoridad.

Solo los cadáveres carbonizados o con reducción esquelética (osamentas) quedan fuera, ya que por su condición no es posible tomar las muestras de orina, sangre o humor vítreo que se necesitan para practicar la prueba.

Hasta ahora el proyecto abarca los municipios de Tijuana y Mexicali, adonde llegan entre 65 y 70 por ciento de todos los cuerpos que ingresan al Semefo, aunque existe la intención de incluir a Ensenada, el tercer municipio que recibe más muertos, pero aún no hay fecha para ello.

El consumidor en México
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, el uso de fentanilo no es un problema generalizado en México y se constriñe a regiones del noroeste, especialmente a un sector que ya era usuario de opioides ilegales como la heroína, explica Angélica Ospina-Escobar, investigadora del Programa de Política de Drogas y colaboradora de International Crisis Group.

La frontera norte de Baja California es el principal foco rojo del país, aunque muy lejos de vivir el desastre sanitario que azota al vecino país del norte.

Medido en kilogramos, el estado concentra 40 por ciento de las pastillas y 35 por ciento del volumen de fentanilo asegurados por el Ejército mexicano entre 2013 y 2023, según cifras de la institución castrense. Eso del lado de la oferta.

En cuanto a la demanda, datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones, de la Secretaría de Salud, muestran que entre enero de 2018 y abril de 2024 los centros de tratamiento atendieron a mil 116 personas por abuso de esta sustancia, siendo Baja California la entidad con más casos, con 42 por ciento.

Cifras que el Semefo de Baja California entregó a este medio vía transparencia sobre el perfil de los cuerpos contaminados con fentanilo hasta abril de 2024 dan pistas para saber quiénes consumen esta sustancia en la zona fronteriza.

De cada 100 cadáveres con rastros del opioide, 88 eran varones y 61 rebasaban los 36 años. Aunque en menor medida, también hay casos de mujeres, jóvenes y menores de edad, como el de una adolescente de 14 años que murió de anoxemia por broncoaspiración o el de un bebé de cuatro meses que presentó neumonía aguda y desnutrición.

Los análisis toxicológicos que se realizan son cualitativos, es decir, solo indican si la droga aparece o no en el cadáver, mas no en qué cantidad, es por eso que no se puede determinar cuántos fallecieron por sobredosis. Para ello se requiere otro estudio cuantitativo que se practica con equipos llamados cromatógrafos, cuyo costo supera el millón de pesos.

A pesar de ello, Ospina-Escobar destaca que en más del 60 por ciento de los cuerpos la causa oficial del deceso fueron problemas respiratorios. González Vaca explica que padecimientos como edema pulmonar, insuficiencia respiratoria aguda o congestión generalizada son indicativos de sobredosis por abuso de sustancias, pero como no se tiene la prueba para comprobarlo, no se puede asentar como la causa de muerte en el certificado de defunción.

También se encontró el narcótico en personas que perecieron por disparos de arma de fuego, traumatismos y politraumatismos, infartos, estrangulamiento y golpes de calor.

Said Slim, cofundador de Integración Social, organización que apoya a usuarios de drogas inyectables en Mexicali, agrega que la mayoría de los usuarios de fentanilo en el estado son personas en situación de calle o deportadas de Estados Unidos que ya traían ese consumo.

Pero quizá el dato más revelador que arrojan las estadísticas del Semefo es que 65 por ciento de los cadáveres que dieron positivo a fentanilo también lo hicieron a otros estupefacientes, sobre todo a metanfetaminas.

"Casi siempre que hay presencia de fentanilo es raro que venga solo, siempre viene acompañado de anfetamina o metanfetamina", destaca González Vaca. Aventura que esto puede deberse a dos fenómenos: que las personas sean poli usuarias conscientes o que sin saberlo hayan consumido drogas adulteradas con fentanilo, Para las organizaciones especializadas en el tema, y para el propio titular del Semefo, la segunda explicación parece ajustarse más a la realidad y es también la que más alarma.

El consumo de opioides ilegales en Baja California es un problema añejo que data de hace cuatro o cinco décadas, donde la heroína es el estupefaciente de uso principal, pero a partir de 2018 los cárteles comenzaron a vender a toda esa población heroína adulterada con fentanilo. Los compradores desconocían lo que consumían.