Resumen:
Los activistas de la CNTE son maestros del chantaje político. Es su forma de acceder a posiciones políticas o, según dicen los que saben, a maletas con efectivo.
Transcripción:
Los activistas de la CNTE son maestros del chantaje político. Es su forma de acceder a posiciones políticas o, según dicen los que saben, a maletas con efectivo.
La mecánica es la misma. Hacen una demanda que las autoridades no pueden cumplir, amenazan con movilizaciones violentas, caos, bloqueo de carreteras, y después de machacar unos días a la población, en lo oscurito, alcanzan un acuerdo.
La calidad educativa, la capacitación de los docentes y la actualización de las herramientas didácticas siempre están en un lugar secundario de sus peticiones.
Ayer hubo una reunión de dirigentes de la coordinadora en Palacio Nacional.
Pronto se verá si hay cambios o si siguen en la misma línea del chantaje.
UNAM apoya plan educativo de Sheinbaum. El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, respaldó la propuesta de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, de ampliar la cobertura de educación superior en el país.
Esto solo será posible mediante una suma de esfuerzos con el gobierno federal y las universidades públicas. Es decir, mucha coordinación.
Es una coincidencia afortunada que muestra, además, que en la Universidad Nacional existe la disposición para colaborar en la resolución de los grandes problemas nacionales.
PAN hace un poco de ruido. La comunicación política del PAN atraviesa por horas más bajas. Aunque casi ningún lector tenga noticia, se despliega en estos días la contienda por la dirigencia nacional del partido blanquiazul. Compiten Jorge Romero y Adriana Dávila.
Como muy pocos los han volteado a ver, tomaron la decisión de hacer ruido a través de un debate para que los reporteros y columnistas conozcan su oferta para relanzar al partido, que todavía anda muy confundido por la derrota del pasado 2 de junio.
Romero es el claro favorito. Es cabeza del panismo chilango que tiene su epicentro en la alcaldía Benito Juárez.
Desde hace meses, todo mundo lo veía como relevo natural de Marko Cortés y está a un par de semanas de concretar esta aspiración.
Antes de cualquier cosa, los contendientes tienen que alentar la participación de los militantes y simpatizantes en sus decisiones importantes y, por lo tanto, sumarlos a la elección de la nueva dirigencia nacional.
Baraja nueva. La renuncia colectiva de ocho ministros de la Suprema Corte marcará un antes y un después en la historia moderna de uno de los tres Poderes de la Unión, el Judicial.
Lo menos importante de esta acción es el dinero de los haberes de retiro; concentrarse en eso impide ver la trascendencia de un gesto que marca el fin de una época y el arranque de otra. Todavía no sabemos si será mejor.
Se quedan las tres ministras de la Corte identificadas con la 4T; una de ellas incluso se vanaglorió de ser fundadora del partido, lo que confirma la naturaleza política del operativo.
En menos de un año, habrá baraja nueva. Hay la posibilidad de que, en lugar de tres ministras que comulgan con la corriente oficial, haya once. Ojalá que, cuando se logre cambiar de página, se retome el tema de la justicia expedita para la población, un tema que se ha quedado rezagado entre tantos jaloneos.
Otra reforma constitucional. ¿Era una demanda popular darle más atribuciones a la consejera presidenta del INE? ¿También lo pidió el pueblo el 2 de junio? ¿El instituto funcionaba mal con las viejas atribuciones? Por lo que se vio en la elección de junio, el INE funcionó como un relojito. Mandos morenistas del Congreso quieren subir a la Carta Magna las nuevas atribuciones de la consejera presidenta del INE.
Se requiere asesoría jurídica en la bancada mayoritaria para abordar el tema de las leyes secundarias, que sirven, entre otras cosas, para no incurrir en excesos y pretender que todo entre en la Constitución.