Desde Afuera // Un aviso de lo que puede venir


Resumen:

JOSÉ CARREÑO FIGUERAS DESDE AFUERA #OPINIÓN UN AVISO DE LO QUE PUEDE VENIR.

Transcripción:

JOSÉ CARREÑO FIGUERAS DESDE AFUERA #OPINIÓN UN AVISO DE LO QUE PUEDE VENIR

Según O'Neill, al margen de quien gane en Estados Unidos, los dos países "tendrán que entablar difíciles discusiones y negociaciones"

L

a compleja naturaleza de las relaciones entre Estados Unidos y México abre preocupaciones para el gobierno de Claudia Sheinbaum y quien sea electo el próximo 5 de noviembre en el vecino país.

Independientemente de quién entre a la Casa Blanca en enero próximo, es posible esperar que la relación pasará al menos por un periodo rocoso mientras ambos gobiernos llegan a un entendimiento, aunque mucho dependerá de quién gane los comicios estadounidenses.

En general, el republicano Donald Trump ha sido más vociferante, más inclinado a la bravuconería y a anunciar medidas de fuerza que los demócratas, aunque la candidata Kamala Harris ha dejado saber la posibilidad de posiciones de dureza.

En un artículo publicado por la revista Foreign Affairs, Shannon O'Neill, vicepresidente del influyente Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, opina que "existe una oportunidad-aunque limitada- de un reinicio con México, que podría hacer que ambos países sean más seguros y prósperos, en lugar de estar acosados por crisis y constantemente enfrentados entre sí".

Sería sin duda un resultado deseable. Se espera que la presidenta Sheinbaum seguirá una agenda política "basada en sus inclinaciones, sus ambiciones y sus limitaciones internas", pero según la especialista, "Estados Unidos puede dejar en claro que habrá consecuencias si (Sheinbaum) continúa por un camino que está convirtiendo a México en un actor económico, comercial, de seguridad y democrático menos confiable". Un cambio en el tono de la relación, sobre todo económica, crearía una situación difícil.

Igobierno de Sheinbaum enfrentaría obstáculos que podrían limitar sus proyectos, desde infraestructura a programas sociales, debido a "vientos económicos en contra".

Según O'Neill, al margen de quien gane en Estados Unidos, los dos países "tendrán que entablar difíciles discusiones y negociaciones", pero con el proviso de que el gobierno estadounidense "sin duda albergará inquietudes sobre el futuro del comercio, la seguridad, la estabilidad política de México y el espectro de China en la relación bilateral" El cambio de gobierno en EU puede ser determinante.

"Hasta ahora, la administración (del presidente Joe) Biden ha sido bastante indulgente con las supuestas violaciones del T-MEC (Tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá), dada la importancia electoral de la migración y el papel vital de México en la limitación de los cruces en la frontera sur de Estados Unidos", comentó la analista.

En juego, en última instancia, está el futuro de la integración económica de América del Norte. El T-MEC será revisado en 2026, a la sombra de varios diferendos en desarrollo.

Pero es de recordar que hace algunos años los republicanos, a través del senador Marco Rubio, señalaban que no les preocupaba la inclinación ideológica de un presidente mexicano, en tanto que tuviera presente que para tener éxito necesitaba tomar en cuenta los intereses estadounidenses.

E.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM / @CARRENOJOSET

México es vital en la limitación de los cruces a compleja naturaleza de las relaciones entre Estados Unidos y México abre preocupaciones para el gobierno de Claudia Sheinbaum y quien sea electo el próximo 5 de noviembre en el vecino país.

Independientemente de quién entre a la Casa Blanca en enero próximo, es posible esperar que la relación pasará al menos por un periodo rocoso mientras ambos gobiernos llegan a un entendimiento, aunque mucho dependerá de quién gane los comicios estadounidenses.

En general, el republicano Donald Trump ha sido más vociferante, más inclinado a la bravuconería a anunciar medidas de fuerza que los demócratas, aunque la candidata Kamala Harris ha dejado saber la posibilidad de posiciones de dureza.

En un artículo publicado por la revista Foreign Affairs, Shannon O'Neill, vicepresidente del influyente Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, opina que "existe una oportunidad -aunque limitada- de un reinicio con México, que podría hacer que ambos países sean más seguros y prósperos, en lugar de estar acosados por crisis y constantemente enfrentados entre sí".

Sería sin duda un resultado deseable. Se espera que la presidenta Sheinbaum seguirá una agenda política "basada en sus inclinaciones, sus ambiciones y sus limitaciones fronterizos internas", pero según la especialista, "Estados Unidos puede dejar en claro que habrá consecuencias si (Sheinbaum) continúa por un camino que está convirtiendo a México en un actor económico, comercial, de seguridad y democrático menos confiable". Un cambio en el tono de la relación, sobre todo económica, crearía una situación difícil.

Elgobierno de Sheinbaum enfrentaría obstáculos que podrían limitar sus proyectos, desde infraestructura a programas sociales, debido a "vientos económicos en contra".

Según O'Neill, al margen de quien gane en Estados Unidos, los dos países "tendrán que entablar difíciles discusiones y negociaciones", pero con el proviso de que el gobierno estadounidense "sin duda albergará inquietudes sobre el futuro del comercio, la seguridad, la estabilidad política de México y el espectro de China en la relación bilateral".

El cambio de gobierno en EU puede ser determinante.

"Hasta ahora, la administración (del presidente Joe) Biden ha sido bastante indulgente con las supuestas violaciones del T-MEC (Tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá), dada la importancia electoral de la migración y el papel vital de México en la limitación de los cruces en la frontera sur de Estados Unidos", comentó la analista.

juego, en última instancia, está el futuro de la integración económica de América del Norte. T-MEC será revisado en 2026, a la sombra de varios diferendos en desarrollo.

Pero es de recordar que hace algunos años los republicanos, a través del senador Marco Rubio, señalaban que no les preocupaba la inclinación ideológica de un presidente mexicano, en tanto que tuviera presente que para tener éxito necesitaba tomar en cuenta los intereses estadounidenses.