Resumen:
De acuerdo con Luis Méndez Jaled, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), desde hace algunas décadas se registra en México una tendencia a la baja en la inversión pública en infraestructura.
Transcripción:
De acuerdo con Luis Méndez Jaled, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), desde hace algunas décadas se registra en México una tendencia a la baja en la inversión pública en infraestructura.
En conferencia de prensa, explicó que, más allá de periodos de gobierno o color político, en lo anterior influyen factores como el bajo nivel de ingresos tributarios, el crecimiento del gasto 'irreductible' del gobierno' el servicio de la deuda pública, entre otros.
"Lo grave de ello es que en la medida en que baja la inversión en infraestructura baja también la productividad", apuntó.
Por ello, indicó que, a fin de evitar que, durante los próximos años, continúe la tendencia de la reducción de la inversión pública, la CMIC considera indispensable "una reingeniería a las finanzas públicas cuyo objetivo sea blindar e incrementar los recursos destinados al desarrollo y mantenimiento de la infraestructura".
¿Qué propone la CMIC?
En ese sentido, la CMIC propuso a quienes habrán de integrar los poderes públicos en el próximo sexenio una serie de medidas para permitir una mayor inversión pública en infraestructura para impulsar la productividad, el crecimiento económico y el bienestar social:
Incrementar gradualmente la inversión pública hasta ubicarla en 5% o 6% del PIB, priorizando la infraestructura logística y de transporte (con énfasis en mantenimiento carretero) energética, hídrica, los sistemas de movilidad urbana y las obras de educación y salud.
Mejorar la rentabilidad de las inversiones públicas y la calidad de la infraestructura fortaleciendo los procesos de planeación, desarrollo de proyectos, ejecución y evaluación de la infraestructura, innovación y transparencia en la contratación de la obra pública.
Institucionalizar el inicio de los procesos licitatorios tan pronto como quede aprobado el presupuesto federal.
Elevar la recaudación tributaria, a través de ampliar significativamente la base de contribuyentes con programas de incentivos a la formalización de las actividades productivas y del empleo.
Valorar la conveniencia de realizar una Reforma Integral de Pensiones para fortalecer las fuentes propias de financiamiento.
Realizar una reestructura de la deuda pública federal para ampliar plazos y obtener mejores tasas, de manera que los ahorros en el servicio de la deuda pública se destinen a infraestructura estratégica.
Abrir a la participación del sector privado el desarrollo de infraestructura energética para complementar la inversión pública en temas fundamentales.
Convocar al Congreso de la Unión y a los congresos locales a priorizar los presupuestos para infraestructura.
Activar mecanismos transparentes y apegados a la legalidad de coinversión público privada para el financiamiento de infraestructura estratégica.
Activar los mecanismos de potenciación de flujos previstos en la Ley de Coordinación Fiscal para los fondos federales que permiten financiar obras estatales y/o municipales.
"Sabemos que entre los determinantes del crecimiento económico están la expansión y modernización de infraestructura. Más y mejor infraestructura reduce los costos logísticos y eleva la competitividad y productividad, impulsando el crecimiento económico y el bienestar", dijo Méndez Jaled.