Transcripción:
Juan y su familia fueron evacuados por el Ejército y la Guardia Nacional de su pueblo natal, Tila, una comunidad chol al norte de Chiapas convertida en pueblo fantasma por la violencia. "Todo el día había balazos y si uno salía lo amenazaban con matarlo, simplemente ya no se podía vivir" cuenta vía telefónica a El Sol de México quien junto a cientos más huyó a Cuilco. Guatemala.
"NOS IBAN A MATAR SI NO NOS ÍBAMOS"
“Ni siquiera podíamos salir de nuestras casas, ni para ir a comprar comida, todo el día había balazos y si uno salía lo amenazaban con matarlo, simplemente ya no se podía vivir, vivíamos con miedo todo el tiempo. Nos iban a matar si no nos íbamos". dijo Juan, uno de los cientos de indígenas que han huido de sus comunidades en Chiapas hacia Guatemala obligados por la violencia que grupos del crimen organizado han desatado en el estado por el control de territorios.
Juan contó vía telefónica a El Sol de México que antes de decidir irse a refugiar a Cuilco, Guatemala, donde su esposa, de origen guatemalteco, tiene conocidos. Él y su familia fueron evacuados por elementos del Ejército y la Guardia Nacional de su pueblo natal, Tila, una comunidad chol ubicada al norte de Chiapas que por la violencia es hoy un pueblo fantasma.
El fin de semana se registraron enfrentamientos entre grupos criminales en la Sierra de Chiapas, lo que obligó a que, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del estado, más de cuatro mil ciudadanos de esa comunidad fueran evacuados y llevados a albergues para protegerlos de la violencia.
Juan aseguró que sólo pudo estar una semana en uno de los albergues destinados para ellos porque las condiciones son muy difíciles pues no hay mucho espacio. Además, tienen miedo de que los narcos puedan atacar hasta los albergues. "Somos muchos, cada vez más, los que estamos huyendo, nosotros decidimos venir para acá (Cuilco), porque aquí nos sentimos seguros, no pudimos traernos casi nada, pero estamos seguros", afirmó Juan. ¿Piensan regresar pronto? se le preguntó.
"Hasta que no haya seguridad no, tampoco pensamos quedarnos a vivir acá, nuestra casa, nuestra tierra está allá, pero definitivamente no podemos regresar así porque solo regresaríamos a que nos mataran", respondió Juan.
"Se escuchaba como las balas pasaban arriba de nosotros. Cuando se tranquilizó salimos como pudimos, no trajimos ni ropa, ni chanclas, ni nada, ni panal para la niña", contó Benilda, otra de las desplazadas, a las autoridades guatemaltecas.
Apolinar, originario de Amatenango de la Frontera, mostró su gratitud con los hermanos guatemaltecos que les abrieron las puertas. "Creo que es algo que no tiene precio, gracias a ellos tenemos un lugar para pasar la noche, gracias a Dios, y gracias a ellos nos recibieron bien".
Ante estos hechos de violencia, el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador pidió a los habitantes de la Sierra de Chiapas no apoyar a los delincuentes.
"Aprovecho para enviarle saludos y mensajes a la gente para que no participen apoyando a las bandas, porque lo que está sucediendo en esta región de Chiapas es que están confrontados y quieren tener bases de apoyo en las comunidades", dijo el lunes en su conferencia matutina.
El miércoles, el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, confirmó que cientos de chiapanecos han cruzado la frontera en busca de refugio, huyendo de la violencia que azota el sur de México.
Según el Instituto Guatemalteco de Migración han llegado al país centroamericano 500 mexicanos.
Los connacionales, según afirmó en entrevista Elsa Hernández, gobernadora de Huehuetenango (donde se ubica Cuilco), uno de los municipios fronterizos con México, ya se cuentan por centenares. "Necesitamos apoyo humanitario para atender a estas personas desplazadas de territorios mexicanos hacia Cuilco. Están llegando, huyendo de la violencia de los narcotraficantes. Se necesitan albergues, alimentos y medicamentos para atenderlos", dijo.
La presencia de carteles de la droga entre la frontera de México y Guatemala ha sido más evidente este año, debido a que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) se disputan esa línea fronteriza para la recepción de la droga que viene de América del Sur.
Desde marzo del año pasado, El Sol de México publicó que las autoridades guatemaltecas temían que la narcoviolencia que se vive del lado mexicano provocara desplazamientos internos o desde Chiapas.
Además reveló que 200 elementos de una fuerza especial del Ejército serían desplegados en la frontera con México, para impedir el ingreso de miembros del narcotráfico a suelo guatemalteco.
Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó a este diario que ya hay un "equipo interdisciplinario trabajando en el tema", de la violencia en el sur del país.