Resumen:
La disputa electoral por la Ciudad de México en 2024 representó, quizá, como ninguna otra en todo el país, el antagonismo existente entre el pasado y lo peor de las prácticas políticas del viejo régimen y un futuro político en el que caben los sueños y las aspiraciones colectivas de las y los ciudadanos de a pie. Evidentemente, me refiero a las candidaturas para la Jefatura de Gobierno que, por un lado, presentaron los moribundos partidos del neoliberalismo en la persona de Santiago Taboada y, por el otro, la candidata de la 4T, Clara Brugada.
Transcripción:
La disputa electoral por la Ciudad de México en 2024 representó, quizá, como ninguna otra en todo el país, el antagonismo existente entre el pasado y lo peor de las prácticas políticas del viejo régimen y un futuro político en el que caben los sueños y las aspiraciones colectivas de las y los ciudadanos de a pie. Evidentemente, me refiero a las candidaturas para la Jefatura de Gobierno que, por un lado, presentaron los moribundos partidos del neoliberalismo en la persona de Santiago Taboada y, por el otro, la candidata de la 4T, Clara Brugada.
Economista por la UAM y forjada al calor de la lucha social, la joven idealista fue maestra de secundaria en una escuela comunitaria de Iztapalapa y a partir de entonces comenzó un largo andar en los movimientos urbanos populares que pugnaban por la reivindicación del derecho al acceso a vivienda para las y los pobladores del oriente del entonces Distrito Federal. En los años 80 acompañó la fundación de importantes organizaciones barriales como la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ).
Clara Brugada no ha dejado de vivir en San Miguel Teotongo, una comunidad cuyos fuertes lazos entre los vecinos se remontan a la década de 1970, cuando los ahora adultos mayores llegaron a esta zona de la ciudad en busca de un espacio para vivir; sin embargo, no contaban con servicios indispensables como agua, suministro eléctrico ni equipamiento urbano como escuelas ni mercados públicos.
La organización de las mujeres, madres de familia y amas de casa fue crucial en esos años para el acarreo de agua, el surgimiento de pequeños negocios y la irrupción de San Miguel Teotongo en el mapa de la capital del país. Fue bajo estas condiciones adversas y la necesidad de organización popular que el liderazgo de Clara Brugada se fue consolidando entre la comunidad; fue en estos años de lucha que los sueños y anhelos de las y los iztapalapenses comenzaron a perfilar lo que habría de convertirse en realidad, pues como lo reconoce Brugada, muchas veces encabezó la defensa de predios que la comunidad denominaba “áreas verdes” pese a tratarse de terrenos baldíos y espacios abandonados que en el ideario colectivo eran percibidos como espacios públicos para el deporte, la cultura, la recreación y el sano esparcimiento.
Con una historia de vida difícil, como la gran mayoría de las y los mexicanos, Clara Brugada enfrentó la orfandad de padre a una edad muy temprana y tras la muerte de su mamá decidió que su familia cambiaría su residencia al estado de Chiapas de donde ella era oriunda. Esta etapa, lejos de ser analizada por la oposición para entender la base social que ha acompañado a Brugada a lo largo de su trayectoria política, fue empleada para intentar esparcir el rumor de que su nacionalidad no era mexicana, sino guatemalteca.
Tras la jornada electoral del domingo 2 de junio, Clara Brugada fue declarada ganadora de la contienda por las autoridades del Instituto Electoral de la Ciudad de México con 53% de la votación efectiva, 13 puntos porcentuales por encima de Santiago Taboada, quien, irresponsablemente se declaró ganador tan sólo minutos después al cierre de las casillas, ya en las primeras horas del lunes 3 de junio reconoció su derrota para solicitar un recuento de los votos. Dejando atrás la campaña y su natural crispación, y en un acto de generosidad política, Brugada se pronunció en favor del recuento solicitado por el candidato perdedor pese al contundente triunfo de Morena y aliados. Posteriormente, la próxima jefa de Gobierno anunció el retiro de propaganda electoral de las calles de la Ciudad de México, así como el procesamiento de la misma para convertir las lonas y pendones en ladrillos reciclados que serán empleados en obras de su gobierno.
Con la fuerza y convicción que la caracterizan, Clara Brugada ya ha dejado ver que su futuro gobierno será plural y de diálogo con los sectores productivos, a fin de mantener las condiciones que hacen de la Ciudad de México una de las urbes más atractivas en todo el continente americano para la inversión extranjera. Asimismo, la próxima jefa de Gobierno ha anunciado que seguirá la inversión pública para que el Metro de la Ciudad de México sea uno de los más eficientes y seguros del mundo.