Resumen:
Que la presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra, anunció una respuesta “puntual e institucional” al emplazamiento de la ministra Norma Piña para explicar en un plazo de 10 días en qué etapa del proceso legislativo se encuentra la nueva Ley General de Aguas que el Congreso debía expedir por mandato de la Corte. Sin embargo, la diputada del PRI anticipó que el referido ordenamiento requiere un “amplio consenso” entre legisladores, gobernadores, alcaldes y dependencias federales, lo cual hace prever la continuidad del desacato y la imposición de multas.
Transcripción:
Que la presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra, anunció una respuesta “puntual e institucional” al emplazamiento de la ministra Norma Piña para explicar en un plazo de 10 días en qué etapa del proceso legislativo se encuentra la nueva Ley General de Aguas que el Congreso debía expedir por mandato de la Corte. Sin embargo, la diputada del PRI anticipó que el referido ordenamiento requiere un “amplio consenso” entre legisladores, gobernadores, alcaldes y dependencias federales, lo cual hace prever la continuidad del desacato y la imposición de multas.
Que Nora Ruvalcaba, candidata de Morena al Senado por Aguascalientes, asistió a la conferencia de prensa de su dirigente nacional, Mario Delgado, para plantear la petición de que la Guardia Nacional intervenga para salvaguardar la jornada electoral y para advertir que la derecha se encuentra desesperada ante el triunfo inminente de Claudia Sheinbaum en la Presidencia, siendo esta entidad de las pocas aún gobernadas “por el PRIAN” y están tratando de “retener a toda costa lo que consideran su coto de poder”.
Que el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, subió el nivel del debate en la recta final de las campañas y acaso dolido por el desaire, se ofreció comedidamente a prestarle sus güevos a Jorge Álvarez Máynez, quien lo había mandado a volar un día antes con su propuesta de dejar la dirigencia tricolor y su próximo espacio cameral si el emecista declinaba por Xóchitl Gálvez. Y fue más allá: dijo que el aspirante fosfo se ha acreditado como un “patiño” y un “pelele”. Así se llevan.
Que como cada año desde la prehistoria, el sindicato oficial del magisterio aceptó el aumento salarial ofrecido por el presidente en turno, con la debida aclaración de que nunca será suficiente, mientras que su contraparte marchó, se instaló en plantón y exigió demandas como mayor alza de sueldos y derogación de la ley educativa en vigor. La diferencia ahora es que su presencia en el Zócalo añade tensión a la de por sí candente situación electoral. A ver.