Transcripción:
Después de estos comicios, el clan Batres adquiere fuerza suficiente para opinar en la capital.
Si bien no llegó a la Jefatura de Gobierno de la CDMX a través de las urnas, como quiera Martí Batres se quedó al frente de la ciudad cuando Claudia Sheinbaum pidió licencia para buscar la candidatura de Morena a la Presidencia de la República.
La primera opción de Sheinbaum para que la sucediera en el cargo jamás fue él; quería que su sustituta fuera Rosa Icela Rodríguez, que había iniciado con ella como secretaria de Gobierno en la capital, pero que en ese tiempo era ya secretaria federal de Seguridad.
Por recomendación de Palacio Nacional, la jefa de Gobierno tuvo que aceptar que Martí cerrara su administración, mientras ella se dedicaba de lleno a armar su proyecto de ser la primera mujer Presidenta de México.
Todo iba bien, hasta que Batres quiso meter su cuchara en las candidaturas de este 2024. Ya como jefe de Gobierno sustituto, arreció los ataques contra Omar Hamid García Harfuch, quien era el favorito de Claudia para la candidatura en la CDMX.
Martí fue uno de los que operaron para la nominación de Clara Brugada en lugar de García Harfuch, pero además se quiso apoderar de alcaldías como GAM, con César Arnulfo Cravioto, y Coyoacán, con Gerardo Villanueva, por ejemplo; en ambos espacios le cerraron la puerta.
Por si fuera poco, tiene como encargado de la fiscalía capitalina a su cuñado, Ulises Lara, a quien quiere que el Congreso ratifique, lo cual podría ser muy peligroso para la propia Brugada, pues no es de ella y podría darle dolores de cabeza.
Aunque para algunos no sea gran cosa, el hecho de que la elección haya salido a las mil maravillas, ubica a Martí como uno de los personajes que se les puede indigestar en el gobierno.
El día de las elecciones la operación oficial fue implacable. Los morenistas utilizaron toda la fuerza del Estado para arrasar a la oposición, que se vio imposibilitada para contrarrestar el operativo.
Después de estos comicios, el clan Batres adquiere fuerza suficiente para opinar en la capital, lo que podría originar serios problemas internos.
Uno de ellos será la disputa por el sueño presidencial en 2030. Nadie duda que Clara ya piensa en Palacio Nacional, a pesar de que ni siquiera se ha sentado en la silla del gobierno capitalino.
Pero esa misma aspiración le podría surgir a Martí, quien ya fue jefe de Gobierno, así haya sido casi por tómbola, y ahora busca algo más grande, como habitar en Palacio Nacional.
Aunque a Sheinbaum le restan aún nombramientos en su gabinete, nadie cree que Batres vaya a ocupar alguno. Quizá después pueda incluirlo en el gabinete secundario, a lo mejor dirigiendo alguna paraestatal.
Hay quienes dicen que lo mejor sería una embajada, para quitarse un alacrán del zapato; la cuestión es que algo tienen que hacer con él.
CENTAVITOS…
Mientras Ricardo Monreal ya reparte incluso comisiones en San Lázaro, en el Congreso de la CDMX ni luces de quiénes podrían encabezar los espacios VIP, entre los que destacan la Comisión de Presupuesto, que es de las que más interesan a Clarita. En campaña ella mencionó que le gustaría tener ahí a Pablo Trejo, y quizá por ahí vaya la cosa, pues en la 4T todos lo ven bien. Además, dicen que es mejor tenerlo ocupado, que sentado en una curul solamente observando.