Resumen:
Se acerca la fecha para la jornada electoral del 2 de Junio, y observando las campañas, surgen pensamientos al recordar otras campañas, procesos electorales, candidaturas, partidos y alianzas. Diversas reflexiones al respecto que comparto con nuestros lectores. Casi siempre nos planteamos la necesidad de regenerar la vida pública. No hay quien esté en desacuerdo. Cada candidato y dirigente partidista lo expresa a su modo tratando de mover la emoción de sus posibles electores.
Transcripción:
Se acerca la fecha para la jornada electoral del 2 de Junio, y observando las campañas, surgen pensamientos al recordar otras campañas, procesos electorales, candidaturas, partidos y alianzas. Diversas reflexiones al respecto que comparto con nuestros lectores. Casi siempre nos planteamos la necesidad de regenerar la vida pública. No hay quien esté en desacuerdo. Cada candidato y dirigente partidista lo expresa a su modo tratando de mover la emoción de sus posibles electores.
Hasta recordamos los elementos que constituyen la llamada civilización, lo que nos convocan en estos tiempos para superar el desencanto revisando el pasado. Entonces nos hacemos preguntas sobre el futuro posible y el reclamo del presente. Buscamos, con poco éxito, las propuestas innovadoras frente a las llamadas soluciones del pasado, que con un cambio de palabras vuelven a surgir, aunque esté probado que han sido imposible instaurar.
Podemos recordar hasta aquel pequeño, pero gran paso para la humanidad, hace casi 55 años, en 1969, cuando por primera vez un ser humano pisó la superficie lunar, y otros tantos avances de la ciencia y la tecnología. Hoy parece intrascendente, porque en la Tierra se complican los fenómenos naturales y su impacto adverso, como la interminable onda de calor sofocante, la sequía y la tormenta solar. Nada parece emocionarnos como en el pasado.
En muchos electores percibimos el dolor ante circunstancias visiblemente deterioradas en la convivencia, humilladas frente a la inseguridad, en un ambiente noticioso salpicado de desaparecidos, violencia y muertes, hasta entre candidatos y sus equipos. Aumentan la irritación y el coraje de una sociedad que demanda regenerar la vida y recuperar los valores, para que sea ejemplar y logre pronto fructificar en todo el país.
Los peligros y riesgos cotidianos que padecemos la mayoría de la población, siguen transformando la relación entre los políticos, servidores públicos, representantes populares, gobernantes y los ciudadanos, sin que se aprecie el cambio favorable tan anhelado, que es precisamente lo que buscan ofrecer nuestros candidatos en las campañas.
Como observé en el llamado Debate Chilango del domingo pasado, en temas tan relevantes como la Seguridad Pública y el Desarrollo Urbano, poco o nada quedó en nuestra mente, porque fueron más las agresiones que las propuestas y sus explicaciones. Trataron a la Ciudad como si estuviera aislada del resto del país, ni siquiera mencionaron, en ambos temas, alguna propuesta de políticas metropolitanas con el Estado de México. Mientras los accesos y salidas de la Ciudad permanecen casi bloqueados en las "horas pico", en un territorio insertado desde el origen hace poco más de 200 años.