Transcripción:
"Al gobierno entrante no le vamos a dar tanto tiempo como se lo dimos a este personaje (el presidente Andrés Manuel López Obrador), que desafortunadamente nos traicionó", advirtió en el Zócalo capitalino y frente a un Palacio Nacional cubierto por vallas, el padre del normalista César Manuel González, uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014. No hubo una línea de investigación, dijo el abogado de los padres de los jóvenes, Vidulfo Rosales, durante el mitin, luego de una marcha que inició en el Ángel de la Independencia. Como en cada edición, un grupo de jóvenes con el rostro cubierto causó destrozos.
Padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, advirtieron a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, que no tendrán la misma tolerancia con ella que con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prometió durante su campaña presidencial resolver el caso, pero dejará el cargo el último minuto del lunes sin haberlo hecho.
"Decir también al gobierno entrante que no le vamos a dar tanto tiempo como se lo dimos a este personaje (AMLO) que desafortunadamente nos traicionó", dijo Mario César González, padre del normalista César Manuel González, ayer durante la conmemoración del décimo aniversario de esta tragedia conocida como la Noche de Iguala, en la que cerca de 10 mil personas, según datos de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México, marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo.
En la plancha del primer cuadro de la ciudad, frente a un Palacio Nacional fuertemente blindado, los padres de los desaparecidos acusaron al Presidente de darles la espalda para proteger al Ejército, institución que se niega a compartir información sobre lo que pasó en Iguala.
"Andrés Manuel López Obrador traicionó la confianza que como padres pusimos y dio la espalda al caso Ayotzinapa por proteger al Ejército. Pasará como cómplice de aquellas personas que desaparecieron a nuestros hijos", comentó Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa, quien también desapareció hace 10 años.
A estos reclamos se sumó el abogado de los padres, Vidulfo Rosales, quien indicó que al inicio de este gobierno hubo avances, pero cuando las pesquisas llegaron al Ejército, todo decayó.
"Al inicio de esta investigación hubo voluntad (...) pero cuando la investigación empezó a tocar al Ejército mexicano, cuando las pesquisas empezaron a sugerir que el Ejército mexicano había infiltrado la Normal (de Ayotzinapa), ahí el gobierno ya no quiso continuar con la investigación, ahí el gobierno dio la espalda a las madres y padres de familia", explicó Rosales.
Poco antes de las 16:00 horas de ayer, los normalistas de Ayotzinapa llegaron en al menos tres autobuses al Ángel de la Independencia, de donde partieron los contingentes hacia el Zócalo de la Ciudad de México. Consigo llevaban tres ataúdes como símbolo de sus compañeros asesinados y desaparecidos en la Noche de Iguala.
A la marcha se unieron contingentes de universidades como la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). También se sumaron agrupaciones sindicales y organizaciones, como el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
Con pancartas, carteles con los rostros de los normalistas desaparecidos, palomas blancas, banderas e instrumentos musicales, cientos de manifestantes replicaron consignas como: "vivos se los llevaron, vivos los queremos", "no estamos todos, nos faltan 43" o "Ayotzi vive, la lucha sigue".
El colectivo de mujeres Fuentes Rojas colgó sobre Paseo de la Reforma servilletas de tela con cada uno de los rostros y nombres de los 43 desaparecidos bordados en hilo verde. Desde principios de año, sus integrantes se reunieron en el centro de Coyoacán para bordar las servilletas.
"Bordamos víctimas que ha dejado el mal gobierno de este país. El color verde para los 43 desaparecidos de Ayotzinapa simboliza la esperanza de que los vamos a encontrar", explicó Regina, vocera del colectivo.
DESTROZOS
Un grupo de encapuchados, denominado el bloque negro, causó destrozos en la ruta de la marcha en negocios ubicados sobre Paseo de la Reforma, como cafeterías, restaurantes y tiendas.
Cristales rotos, pintas con aerosol e incendios fueron el resultado de las intervenciones del bloque negro que portaba mazos, hachas, palas, tubos, gasolina y artefactos explosivos.
Al llegar al Eje Central, los miles de manifestantes se toparon con vallas de más de dos metros de altura y a un par de cuadras del Zócalo, unos bloques de concreto dificultaron el acceso, que solo era posible mediante un pasillo.
"Este gobierno da vergüenza (...) No hay solidaridad con estos 43 padres, pareciera que estuviéramos en una dictadura donde no tenemos forma de desplazarnos. ¿Dónde está aquella democracia que pregona este gobierno que se dice ser humanista? No, compañeros, la democracia la utilizan nada más cuando les conviene, cuando quieren algo a su favor, pero para nosotros no existe", reclamaron los padres ante estas complicaciones.
En el Zócalo, mientras los padres de los desaparecidos emitían su mensaje desde el templete ubicado frente al asta bandera, el bloque negro aventaba explosivos hacia un Palacio Nacional blindado con vallas metálicas, donde se hicieron presentes consignas como "Viven en nuestra rebeldía".
"Nos faltan 43".
En la esquina de avenida Reforma y Bucareli, donde se ubica el antimonumento por los 43, manifestantes colocaron decenas de mamparas que tenían impresas cada uno de los rostros y nombres de los normalistas.
"Los papás con sus propios recursos mandaron a hacer las mamparas. Las trajeron de su poblado, y nosotros estamos ayudando a colocarlas como memoria y también abanderándolos", detalló Jorge Verástegui, vocero de la Glorieta de los Desaparecidos.
Cerca de las 19:00 horas, la instalación del memorial concluyó, y el sacerdote anglicano Arturo Carrasco bendijo cada uno de los rostros de los jóvenes y ofició una pequeña misa.
Los manifestantes realizaron otras protestas simbólicas, como la quema de una piñata con forma de militar y parado sobre cráneos humanos en la plancha del Zócalo. Arturo Romero, pintor originario de Nezahualcóyotl, Estado de México, dedicó el último mes y medio a crear la escultura de papel maché, representando a los responsables de la desaparición de los 43.
"Estoy con los papás apoyándolos. Pido justicia por ellos, y cada año estoy aquí. Hice la escultura para que se queme en el Zócalo. Cada año les ayudo con una figura para exigir justicia", comentó.
El cierre del mitin, y de la movilización, se dio con el discurso del obispo Raúl Vera, quien acompañó a los padres de los 43 normalistas.
"Son 10 años que hemos caminado a pesar de todo el dolor, a pesar de las enfermedades, a pesar de los climas. Hemos caminado con esperanza de encontrar a nuestros hijos", concluyó Hilda Legideño.
"Hoy, al cumplirse 10 años, queremos decirles que tenemos la herida abierta. No tenemos solución del gobierno", reclamó María Magdalena Maestro Olivares, mamá del normalista Antonio Santana Maestro, en un evento previo a la marcha en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
10 MIL PERSONAS participaron en la manifestación, según la Secretaría de Seguridad capitalina.
El cierre del mitin y de la movilización se dio con el discurso del obispo Raúl Vera, quien acompañó a los padres de los 43 normalistas.
Los padres de los 43 en conferencia dentro de la Facultad de Filosofía y Letras.
La marcha avanzó sobre Reforma hasta el Zócalo.
El bloque negro realizó destrozos en comercios.
Jóvenes embozados lanzaron explosivos a las vallas que resguardaban Palacio Nacional.