Transcripción:
@onelortiz
https://youtu.be/NS4IngtTbas?si=x5TWMw5utITLrn9_
Los recientes atentados en la CDMX representan el primer examen para el gobierno de Clara Brugada. Resolver la ejecución de la abogada penalista Oralia Pérez Garduño, ocurrida en el cruce de Avenida Cuauhtémoc y Viaducto Miguel Alemán, y el atentado en pleno centro histórico contra la activista trans Diana Sánchez Barrios, en el cual resultó gravemente herida, mientras uno de sus acompañantes fue asesinado y el otro también quedó herido, constituyen la verdadera toma de posesión del nuevo gobierno.
Con menos de tres horas de diferencia, dos crímenes de gran impacto en la alcaldía Cuauhtémoc, corazón político y social de la capital. Mismo modus operandi: sicarios en motocicleta atacan a balazos a sus víctimas, para después perderse en el intenso tránsito de la ciudad.
Ver las imágenes de los videos de seguridad o leer las crónicas en redes y medios me trae a la memoria la terrible situación que vivió Bogotá y otras ciudades colombianas en los años noventa, magistralmente descritas por Fernando Vallejo en su novela La Virgen de los Sicarios.
Una cara del gobierno de Clara Brugada es luminosa: las obras de infraestructura, los programas sociales, las utopías, los pilares, la participación ciudadana, iniciativas que recibimos con gusto y apoyamos. Pero también debe haber una postura firme de la autoridad en contra de los delincuentes y del crimen organizado. Sí, el crimen organizado, el elefante en la sala que algunos aún no quieren o se niegan a ver.
Este es un momento crucial, porque al inicio de cada gobierno los criminales suelen aprovechar los momentos de transición para cometer sus fechorías, como quien dice, para "calar" al nuevo gobierno, por lo que los mensajes deben ser claros desde el principio.
La Jefa de Gobierno debe enfrentarse a la delincuencia y tomar el toro por los cuernos, o corre el riesgo de convertirse en uno de esos gobernantes que tanto daño le han hecho a la sociedad al cargar las culpas al pasado.
No hablo de autoritarismo; hablo de eficiencia y eficacia. No hablo de mano dura, pero sí de inteligencia, investigación y uso racional de la fuerza. No se trata de decisiones matraqueras, como estigmatizar el uso de la motocicleta, persiguiendo a los usuarios de estos vehículos o imponiendo normas absurdas.
En el pasado proceso electoral voté por Clara Brugada, y le di mi voto para que tuviera el apoyo necesario en el Congreso local, de modo que no hubiera pretexto para continuar con la transformación de la CDMX. Tiene mi confianza, pero también tiene mi exigencia de garantizar la seguridad y la paz en la ciudad. Por el bien de todos, pedimos que estos dos crímenes no queden impunes. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
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