Definiciones // No es contra AIRBNB, es contra miles


Resumen:

DEFINICIONES MANUEL LOPEZ SAN MARTIN #OPINIÓN El cambio en la Ley que restringe las noches que pueden ofertarse a través de plataformas vulnera la propiedad privada, resta competitividad y golpea el bolsillo de miles de familias.

Transcripción:

DEFINICIONES MANUEL LOPEZ SAN MARTIN #OPINIÓN El cambio en la Ley que restringe las noches que pueden ofertarse a través de plataformas vulnera la propiedad privada, resta competitividad y golpea el bolsillo de miles de familias

NO ES CONTRA AIRBNB, ES CONTRA MILES

L

a idea no solo es mala, sino peligrosa. Y refleja la vena de algunas autoridades de meterse donde no deben.

La nueva restricción en la Ciudad de

México al 50% de las noches al año para ofrecer el servicio de Estancia Turística

Eventual, es un despropósito que vulnera la propiedad privada de miles de personas, además de restar competitividad y golpear el bolsillo de miles de familias.

Por supuesto que se debe regular, pero prohibir nunca será buena idea. Y lo aprobado por el Congreso de la CDMX es la prohibición a propietarios de vivienda de que puedan alquilar, a través de plataformas como Airbnb, su casa o departamento la mitad de las noches del año.

El argumento es que falta vivienda accesible en la capital, y es cierto. Pero eso no se arregla culpando a Airbnb ni restringiendo su operación. Eso, incluso, puede resultar peor.

Lo que necesita la Ciudad es una solución de mediano y largo plazo, y no un parche en la Ley. Responsabilizar a las plataformas no es más que un distractor. Lo que urge es un amplio programa de vivienda social, planeación urbana, desarrollo y servicios. Golpear a las plataformas, es lastimar el bolsillo de cientos de miles de familias en la capital que viven directa O indirectamente de ellas. Saldrá más caroe remedio que la enfermedad.

En los hechos, la medida reducirá las opciones de alojamiento en la Ciudad, lo que afectará a visitantes y turistas, e impondrá un mayor costo a miles de propietarios.

Quizá los legisladores y quienes impulsaron la modificación ignoran que 50% de las anfitrionas en estas plataformas son mujeres, y representan el 56% de anfitriones mayores de 60 años. O que 17% de los anfitriones son adultos mayores. O que, por cada dólar gastado en vivienda turística, los huéspedes gastan 3 dólares adicionales en otras actividades generando mayor derrama económica. O que 90% de los anfitriones recomendaron a sus huéspedes comercios o establecimientos en las colonias O barrios donde se encuentran.

La CDMX debería verse en el espejo de otras grandes ciudades como Barcelona O NY, que fracasaron endureciendo sus políticas de alojamiento.

En esta última ciudad, por ejemplo, a un año de la regulación restrictiva, el precio medio de los hoteles subió 7.4%, y las rentas se incrementaron 3.4%, según StreetEasy. Así que no se logró el objetivo de bajar el precio de las rentas, como se busca en la capital.

Las regulaciones excesivas han traído impactos negativos: no bajan los precios, miles de familias pierden un ingreso, se golpea la derrama económica local (los viajeros que reservaron un espacio a través de Airbnb en CDMX generaron más de 15 mil millones de pesos en contribución económica el año pasado) y el gobierno deja de percibir impuestos porque se genera un mercado negro. Pero, además, ¿qué tanto se es dueño de un bien del que no se puede disponer libremente el 50% de las noches del año?

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM / @MLOPEZSANMARTIN

a idea no solo es mala, sino peligrosa. Y refleja la vena de algunas autoridades de meterse donde no deben.

La nueva restricción en la Ciudad de México al 50% de las noches al año para ofrecer el servicio de Estancia Turística Eventual, es un despropósito que vulnera la propiedad privada de miles de personas, además de restar competitividad y golpear el bolsillo de miles de familias.

Por supuesto que se debe regular, pero prohibir nunca será buena idea. Y lo aprobado por el Congreso de la CDMX es la prohibición a propietarios de vivienda de que puedan alquilar, a través de plataformas como Airbnb, su casa o departamento la mitad de las noches del año.

El argumento es que falta vivienda accesible en la capital, y es cierto. Pero eso no se arregla culpando a Airbnb ni restringiendo su operación. Eso, incluso, puede resultar peor.

Lo que necesita la Ciudad es una solución de mediano y largo plazo, y no un parche en la Ley. Responsabilizar a las plataformas no es más que un distractor. Lo que urge es un amplio programa de vivienda social, planeación urbana, desarrollo y servicios. Golpear a las plataformas, es lastimar el bolsillo de cientos de miles de familias en la capital que viven directa o indirecLa idea no tamente de ellas. Saldrá más caro el sólo es mala remedio que la enfermedad.

sino peligrosa En los hechos, la medida reducirá las opciones de alojamiento en la Ciudad, lo que afectará a visitantes turistas, e impondrá un mayor costo a miles de propietarios.

Quizá los legisladores y quienes impulsaron la modificación ignoran que 50% de las anfitrionas en estas plataformas son mujeres, y representan el 56% de anfitriones mayores de 60 años. O que 17% de los anfitriones son adultos mayores. o que, por cada dólar gastado en vivienda turística, los huéspedes gastan 3 dólares adicionales en otras actividades generando mayor derrama económica. o que 90% de los anfitriones recomendaron a sus huéspedes comercios o establecimientos en las colonias o barrios donde se encuentran.

La CDMX debería verse en el espejo de otras grandes ciudades como Barcelona o NY, que fracasaron endureciendo sus políticas de alojamiento.

En esta última ciudad, por ejemplo, a un año de la regulación restrictiva, el precio medio de los hoteles subió 7.4%, y las rentas se incrementaron 3.4%, según StreetEasy. Así que no se logró el objetivo de bajar el precio de las rentas, como se busca en la capital.

Las regulaciones excesivas han traído impactos negativos: no bajan los precios, miles de familias pierden un ingreso, se golpea la derrama económica local (los viajeros que reservaron un espacio a través de Airbnb en CDMX generaron más de 15 mil millones de pesos en contribución económica el año pasado) y el gobierno deja de percibir impuestos porque se genera un mercado negro. Pero, además, ¿qué tanto se es dueño de un bien del que no se puede disponer libremente el 50% de las noches del año?