Resumen:
Últimamente se escucha a Claudia Sheinbaum repetir, como mantra, que el 2 de junio los militantes deben llevar a, cuando menos, diez personas a las urnas y asegurarse de que voten todo Morena, para cristalizar el llamado plan C del gobierno.
Transcripción:
Últimamente se escucha a Claudia Sheinbaum repetir, como mantra, que el 2 de junio los militantes deben llevar a, cuando menos, diez personas a las urnas y asegurarse de que voten todo Morena, para cristalizar el llamado plan C del gobierno.
El citado plan consiste en ganar las posiciones más importantes, como la Presidencia de la República, la Jefatura de Gobierno y las gubernaturas en juego, sin olvidar la mayoría absoluta en los congresos, a fin de poder cambiar la Constitución.
La aspirante presidencial morenista lo repite en sus discursos, pero todos imaginaban que el mensaje era para sus simpatizantes, a quienes recomienda una especie de cadena para ir a las urnas.
Sólo que desde hace un par de semanas a los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México les llegó un formato en el que tienen que anotar sus datos y los de las diez personas que acarrearán el 2 de junio.
Les advierten que quienes no cumplan podrían enfrentar inconvenientes laborales. La denuncia la hacen los trabajadores, quienes hicieron público el formato que, a través de diversas áreas del gobierno, les hizo llegar Morena.
En la 4T saben que la mayoría de los trabajadores están inconformes con ellos y temen que al enojo de los empleados se sume el de familiares y amigos, porque les harían un buen boquete electoral.
El tema es que los burócratas capitalinos están dispuestos a jugársela con la oposición; incluso varios de ellos se han acercado al aliancista Santiago Taboada, quien les ha ofrecido regularizar sus condiciones laborales, cosa que Morena no les cumplió.
La dirigencia morenista confía en que pueden doblegar no sólo a sus trabajadores, sino que amigos y familiares de ellos votarán por Clara Brugada para el gobierno local, Sheinbaum para la Presidencia de la República y por sus candidatos a alcaldes, concejales y diputados.
Por eso insisten en su peregrina idea de que pueden alcanzar tres y medio millones de votos en la CDMX, cifra jamás obtenida por nadie, ni siquiera por Andrés Manuel López Obrador. El más votado ha sido Miguel Ángel Mancera, quien en 2012 alcanzó 2.7 millones.
Los morenistas parecen ignorar —o fingen no darse cuenta— que los líderes sindicales del oficialismo en la capital están tan divididos, que son muy pocas las secciones sindicales que tienen control sobre sus agremiados; la gran mayoría, no.
Tan no le está pintando bien el panorama a la 4T en la capital del país, que la propia Sheinbaum ha concentrado los últimos días de su campaña en las diversas alcaldías de la CDMX. Sus propias encuestas indican que pueden sufrir una gran derrota.
Por eso ya olvidó aquello de que tenía ganada la contienda y que las elecciones del 2 de junio eran “mero trámite”. No, necesitará que toda la estructura del gobierno y del partido salga a votar, para ver si con ello pueden dar pelea.
Ése es el motivo de la presión hacia los trabajadores a través de los formatos.
CENTAVITOS
Vaya nocaut que Lía Limón le propinó ayer a su contrincante de Morena en Álvaro Obregón, Javier López Casarín, al exhibir una foto de él en la cárcel, a donde fue a parar por una acusación de fraude que presuntamente hizo a maestros de Nuevo León. Y quizá como en la foto el colaborador de Marcelo Ebrard luce un traje naranja, a la candidata del MC en esa demarcación, Esther Mejía, le jaló el color y declinó por él para las elecciones. Luego de que hasta sus propios compañeros lo habían abandonado, al parecer López Casarín no se sentirá tan solito.