Transcripción:
ARTICULISTA INVITADO SALOMON CHERTORIVSKI
¿Votos de primera, de segunda hasta de tercera?
S
i hay un tema clásico y nuclear para la construcción de cualquier democracia es el de la representación política, es decir, en manos de quien y de quienes se depositan las decisiones y las leyes que conducen a una nación y a un Estado. Pues bien, este hecho esencial es lo que se dirime hoy en México: la constitucional y correcta representación que guiará al país en los siguientes años.
El electorado mexicano dio el triunfo a Claudia Sheinbaum para Presidenta con un claro 59.7 por ciento, sin embargo, una parte de ese mismo electorado votó menos por los partidos de su coalición, sólo el 54 por ciento, es decir, 3.6 millones votaron por otra opción -no oficialista- y quisieron colocar contrapesos en el Congreso. En otras palabras, incluso parte de los votantes por Sheinbaum querían el oxígeno del pluralismo en las cámaras.
Esto es precisamente uno de los aspectos centrales que se discuten hoy. Si hay una voluntad expresada en las urnas para conformar Senado y Cámara de Diputados es esta: 54 por ciento por el oficialismo y 46 por ciento por opciones distintas, entre las cuales destaca Movimiento Ciudadano.
Por eso hemos acudido a las instancias correspondientes y estamos colocando nuestros argumentos en la opinión pública, pues primero el gobierno a través de la Secretaria de Go bernación y luego el INE han presentado escenarios y proyectos que vulneran de manera monstruosa esa voluntad ciudadana colocada en las urnas, vean si no.
Morena y aliados obtuvieron 251 diputados federales uninominales. SEGOB y consejeros del INE plantean que le corresponderían 114 plurinominales para sumar 365 en total, esto es el 73 por ciento de la Cámara, o sea, un número de diputados 20 por ciento superior al porcentaje de su votación. Quiero ser muy claro, la sobrerrepresentación está permitida por la Constitución, pero tiene un límite de 8 por ciento y de eso estamos hablando.
Algo similar pasa en el senado: Movimiento Ciudadano con más de 6 millones y medio de votos (10.8 por ciento de la votacion nacional) se le asignan cinco senadurias: el 3.9 por ciento del senado.
Estas distorsiones que parten de una mala interpretación de la constitución, tiene un efecto destructivo mayor y es que en lugar de procurar igualar el valor de cada sufragio, los vuelve más y más desiguales y los votantes más afectados son precisamente los de Movimiento Ciudada no. Si la pretensión del gobierno triunfa, cada diputada o diputado de MC necesita 282 mil votos para serlo, en cambio, un legislador del PVEM solo 66 mil 500 votos, y del PT aún menos, 65 mil votos.
En el Senado la inequidad se repite: para obtener una senaduría, si eres del PT, necesitas 357 mil votos; si del PVEM 382 mil, pero si perteneces a MC te serán exigidos jun millón 305 votos! una monstruosidad. La mala lectura de la constitución nos lleva pues, a contar con votos de primera, de segunda y hasta de tercera.
Este es el efecto que combatimos: los votos de cada mexicano no valen igual y por eso es tan fundamental la actual batalla por la correcta representación en el Congreso de la Unión mexicano.
Nuestra reivindicación es triple. Estamos defendiendo el derecho legítimo de nuestro movimiento a obtener los senadores y diputados que nos dieron nuestros votantes reales, nada más; defendemos también que los votos de los mexicanos tengan el mismo valor en lo posible, es decir, defendemos el sagrado principio una mujer, un hombre, un voto y finalmente, reivindicamos el pluralismo en el seno del poder legislativo, pluralismo exigido por la votación misma y que no puede ser arrebatado por lecturas incorrectas de la Constitución por mucho y que se hayan aplicado en otras ocasiones, pues si el error es tan evidente y produce tal monstruosidad, resulta incomprensible que las autoridades mantenga ese criterio. Es hora de corregir mucho más por lo que está en juego: la representación de la República en los siguientes años.
Diputado
Defendemos el derecho legítimo a obtener los senadores y diputados que nos dieron nuestros votantes reales.