Da último grito, lo dedica a la 4T


Resumen:

Su último Grito terminó en un viva a la Cuarta Transformación, como ha llamado a su gestión sexenal. Horas antes, había firmado la promulgación de la reforma judicial aprobada por el Congreso federal y por 24 congresos estatales para sellar su sexenio.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó anoche 25 arengas ante un Zócalo repleto del que emanaban gritos de apoyo.

El Mandatario federal presidió la ceremonia del 214 aniversario de la gesta histórica, a solo 15 días de concluir su Gobierno.

Transcripción:

Su último Grito terminó en un viva a la Cuarta Transformación, como ha llamado a su gestión sexenal. Horas antes, había firmado la promulgación de la reforma judicial aprobada por el Congreso federal y por 24 congresos estatales para sellar su sexenio.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó anoche 25 arengas ante un Zócalo repleto del que emanaban gritos de apoyo.

El Mandatario federal presidió la ceremonia del 214 aniversario de la gesta histórica, a solo 15 días de concluir su Gobierno.

En un balcón contiguo estaba la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, con su esposo Jesús María Tarriba.

En comparación con las arengas de años anteriores, el Jefe del Ejecutivo incluyó cuatro nuevos elementos, entre ellos un "¡Viva la Cuarta Transformación!", y volvió a clamar muerte a la corrupción, la avaricia, el racismo y la discriminación.

Al concluir el Grito, el tabasqueño hizo sonar en 61 ocasiones la campana de Dolores, un número mayor al de otras ocasiones. Luego observó los juegos pirotécnicos y, por primera vez en el Zócalo, un espectáculo de drones que formaron las palabras "Gracias" y "México".

De la plancha central surgían gritos de "¡Es un honor estar con Obrador!" y "¡No te vayas, no te vayas!". La multitud aguantó por horas pese al aguacero previo a la ceremonia.

Desde las 19 horas, el Zócalo estaba prácticamente lleno.

Con el puño izquierdo en alto, Sheinbaum acompañaba la gritería de los simpatizantes del tabasqueño.

Una arenga más lanzaba el gentío desde la plancha: "¡Sí se pudo, sí se pudo!". Desde el balcón central de Palacio Nacional, López Obrador señaló con el índice a su sucesora y la morenista respondió al guiño y también apuntó al tabasqueño con su índice.

En el mismo balcón se encontraban la Jefa de Gobierno electa de la CDMX, Clara Brugada, y los secretarios de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, José Rafael Ojeda, y Martí Batres con su esposa.

La próxima Presidenta y el resto de invitados entraron al Salón Embajadores a las 23:26 horas, un minuto después de que lo hiciera López Obrador.

Por primera vez hubo dos Presidentes en la tradicional ceremonia del 15 de septiembre: el Presidente en funciones y la Presidenta electa.

Este lunes, Claudia Sheinbaum también participará en la ceremonia previa al tradicional desfile militar por el Día de Independencia.

GRACIAS

AMLO se despidió de sus simpatizantes tras encabezar el Grito, acompañado por Sheinbaum.

ÚLTIMO GRITO

Músculo y despedida

Encabeza Andrés Manuel López Obrador su último festejo de la Independencia como presidente, ante miles de asistentes, entre ellos simpatizantes que abarrotaron el Zócalo.

El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó anoche su último Grito de Independencia y lo dedicó a la Cuarta Transformación (4T).

El Mandatario presidió la ceremonia del 214 aniversario de la gesta histórica a solo 15 días de concluir su Gobierno. Lo hizo portando la Banda Presidencial, que entregará el 1 de octubre a su sucesora, la morenista Claudia Sheinbaum.

En esta ocasión, el Jefe del Ejecutivo lanzó un total de 25 arengas, de las cuales 21 fueron vivas y, con cuatro, pidió la muerte de la corrupción, la avaricia, el racismo y la discriminación.

En comparación con el grito de años anteriores, AMLO incluyó cuatro nuevos elementos: por primera vez se refirió a las "heroínas" y héroes anónimos.

Pidió un viva para los trabajadores mexicanos, "que son los mejores del mundo". Celebró a todas y todos los mexicanos y cerró con un "¡Viva la Cuarta Transformación!", nombre que él mismo ha dado al proyecto que encabeza, al asegurar que se trata de la "primera revolución pacífica que ha vivido el país".

Por segundo año consecutivo, la escolta del Heroico Colegio Militar que le entregó la bandera incluyó solo cadetes hombres... ninguna mujer.

Antes de encabezar la ceremonia cívica, el Presidente posó para una fotografía, junto con su esposa Beatriz Gutiérrez, bajo el retrato de Vicente Guerrero.

Tras caminar por los pasillos de Palacio Nacional, ingresó al Salón Embajadores, donde fue recibido con los aplausos de los integrantes de su gabinete.

Al concluir el Grito, el tabasqueño hizo sonar en 61 ocasiones la campana de Dolores. Luego observó los fuegos pirotécnicos y, por primera vez en el Zócalo, un espectáculo de drones que formaron las palabras "Gracias" y "México".

El Jefe del Ejecutivo federal llegó a los festejos en medio de la confrontación con el Poder Judicial, cuyos representantes no fueron invitados a participar, por segundo año consecutivo.

Apareció en el balcón con su reforma judicial consumada, lista para entrar en vigor hoy, lo que obligará a Jueces, Magistrados y Ministros a buscar el voto en las urnas.

El presidente ya había anticipado que habría un mensaje en defensa de la soberanía nacional. Una arenga que resonó frente a un Zócalo lleno, justo cuando el Gobierno mexicano mantiene pausada la relación con la Embajada de Estados Unidos, tras acusarla de incurrir en una "burda actitud injerencista".

Ningún diplomático fue invitado a la ceremonia, tampoco el estadounidense Ken Salazar, que hace apenas dos días felicitó a los mexicanos por "compartir valores democráticos" y porque "somos familia".

Las tensiones bilaterales, oficialmente achacadas a las críticas contra la reforma judicial, se dispararon tras la captura en julio de los narcotraficantes Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López.

Ayer, los ajustes de cuentas provocados por esas detenciones impidieron que los sinaloenses pudieran celebrar su independencia en las calles. Ante las balaceras, los narcobloqueos y las ejecuciones, los festejos fueron cancelados.

Irónicamente, las estrellas de la noche, en el centro del país, fueron los integrantes de la Banda MS, originaria de esa entidad y que abrió su repertorio con "El Sinaloense".

Anoche, el presidente dio su último Grito acompañado solo de su círculo más cercano: gabinete y familia.

En esta ocasión no llegaron invitados internacionales de otros años como el boliviano Evo Morales, el uruguayo José Mujica, los familiares de Julián Assange o Aleida, la hija de Ernesto "Che" Guevara.

De acuerdo con la convocatoria de los organizadores, el Mandatario no quiso quedarse con los 190 mil asistentes de 2023 y buscó superarlos a pesar de la lluvia pertinaz.

A REVENTAR

A la movilización espontánea de los ciudadanos que cada año acuden al Grito, se sumaron las estructuras de Morena y de los Servidores de la Nación, que trajeron a miles de beneficiarios de los programas de Bienestar.

No se registraron protestas con decenas de láser verdes apuntando al rostro del Mandatario, como ocurrió con el panista Felipe Calderón en 2012. Tampoco fueron colocados hasta adelante los porristas acarreados del Estado de México, como sucedió en 2018 con el priista Enrique Peña Nieto.

Y es que, a pesar de la violencia, los desaparecidos, el rezago en salud, el aumento de precios, el nerviosismo de los mercados o las preocupaciones de los socios comerciales, la popularidad del tabasqueño pareciera siempre estar arriba en la plaza.

"¡Es un honor estar con Obrador!", se volvió a escuchar con insistencia.

Con 24 gubernaturas en el bolsillo y la continuidad asegurada en la Presidencia, el de anoche pareció ser el grito de la "borrachera electoral", de la euforia del "carro completo" y de las mayorías calificadas a cualquier costo, incluso si hay que echar mano de políticos como los Yunes, que lograron pasar de "corruptos" a "patriotas" con un solo voto.

La concentración en el Zócalo fue la última encabezada por López Obrador, quien dedicará los próximos días a cerrar y entregar el Gobierno, para luego retirarse de la vida pública.

Celebración, músculo y despedida...