Al inicio de este mes se derribó un techo de cristal en México, el reto es que sea el primero de muchos
a semana pasada colapsó una barrera transparente que aparentaba noestar ahí, pero que aún asíhabía hecho creer a miles de mujeres que la letra "a" nunca remplazaría la "o" al escribir la palabra presidente.
Con esta ruptura que hizo ruido, llegó un rayo de luz que iluminó la mirada hacia el futuro de las mujeres mexicanas. Porque independientemente de los colores y las preferencias de cada ciudadano, la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México marcó un antes y un después en el país.
Sin embargo, aunque se trata de un inicio que trae esperanza, también hay dudas. Porque crealmente todas las mujeres en México podrían hoy romper el techo de cristal de sus oficios y hogares? ¿Qué tanto cambian los espacios para las mujeres cuando quienes los lideran también son mujeres? Supongo que la respuesta nunca es la misma.
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Xiomara Castro, quien como Sheinbaum ganó el cargo con el mayor número de votos en la historia de su país. Ellas y otras mujeres han llegado al puesto en el continente americano siendo las primeras en la lista, pero hasta ahora han sido las únicas en ser electas como presidentas.
Y es que esa es la cuestión, se necesita mucho más que una líder mujer para garantizar el cambio y dejar de ser aplaudida por "ser las primeras".
Un presupuesto con perspectiva de género, por ejemplo. Una mirada interseccional.
Con una presidenta y 13 entidades dirigidas por mujeres, ¿qué tanto cambiará la perspectiva de una niña al ver que quien levanta la bandera el 15 de septiembre es también una mujer? Pienso en Eufrosina Cruz y lo que cuenta en Los sueños de la niña de la montaña: el sueño que cumplió, nació porque alguien le enseñó que existían otras realidades. ¿QUÉ TANTO