Capital Político // La escuela de Ernestina


Resumen:

Si Ernestina Godoy fuera la fiscal Anticorrupción de Chihuahua, ya habría pedido la aprehensión del encargado de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara, por obstrucción a la ley, encubrimiento y lo que se acumulara.

Transcripción:

Si Ernestina Godoy fuera la fiscal Anticorrupción de Chihuahua, ya habría pedido la aprehensión del encargado de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, Ulises Lara, por obstrucción a la ley, encubrimiento y lo que se acumulara.

Es más, ya habría enviado a sus agentes a rodear la casa de Ulises para obligarlo a entregarse, y en estos momentos estaría en un penal de la entidad norteña, para después ser enviado a uno de máxima seguridad.

Al menos eso hizo Ernestina cuando fue fiscal capitalina, y encarceló al fiscal de Morelos, Uriel Carmona, a quien acusó de proteger al presunto asesino de una joven en la capital del país, cuyo cuerpo fue abandonado cerca de Cuernavaca.

Se brincó toda ley existente y fue por Carmona para traerlo a la Ciudad de México, para que respondiera por un presunto delito cometido en otra entidad, donde ni siquiera existe. Godoy inauguró así la modalidad de supra-poderes, para que el fiscal de una entidad pueda arrestar al de otra.

Si la futura consejera Jurídica de la Presidencia de la República validó en su tiempo ese tipo de maniobras, Luis Abelardo Valenzuela, fiscal Anticorrupción de Chihuahua, se está tardando en venir por Lara y llevárselo.

Porque el funcionario chispó personalmente a un fugitivo, buscado por las autoridades. Eso no ocurrió con Carmona, a pesar de que no fue él quien hizo el dictamen pericial al cuerpo de la joven abandonada en Morelos, y mucho menos rescató al presunto responsable.

En cambio, el cuñado de Martí Batres no sólo desconoció el oficio de colaboración firmado por su dependencia, en el que las autoridades de Chihuahua pedían facilidades para detener al exgobernador de aquella entidad, Javier Corral, acusado de peculado y corrupción.

Además, ignoró la orden de un juez para aprehender a Corral y trasladarlo a Chihuahua; Ulises se presentó personalmente en el bar donde el exgobernador se echaba unos gins, con algunos amigos, para rescatarlo.

El exgobernador panista y futuro senador por Morena enfrenta una orden de aprehensión por peculado, solicitada por la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua, la cual intentó ser ejecutada hasta que Lara llegó, luego de ser contactado por el acusado vía telefónica.

Según él, se lo llevó de ahí para evitar que se cometiera alguna injusticia, pues su papel es velar por los ciudadanos y garantizar que se les respete el debido proceso. Hay que pedirle su cel a este cuate, pues si alguna vez alguien necesita paro, ya se vio que sí lo contesta.

¡Caray!, a lo mejor porque el fiscal cuñado consiguió un título patito de abogado en dos días y por eso no domina la ley, pero alguien debió advertirle que su acción tendría graves consecuencias legales… aunque claro, en un país donde la ley se respetara y hubiera justicia.

¿Y después de esto seguirán pensando en la 4T que Corral encabece la Agencia Anticorrupción del próximo gobierno federal?… Son capaces.

CENTAVITOS

Parece que Clarita Brugada no solamente se sordea con Marcelo Ebrard en eso de la repartición del pastel del gobierno capitalino, pues cada vez crece el número de gente que jura haberla apoyado en su campaña, y que desde que ganó ni los voltea a ver. Confirman que Clarita sí es bastante jabonosa, porque resbala muy bien todos los compromisos —¡no escritos y mucho menos firmados!— de compartir las ganancias con quienes se la jugaron con ella. Bueno, hasta dicen que mejor Claudia Sheinbaum se está poniendo guapa con los cargos, y eso que tampoco es muy dadivosa.