Basura electoral.


Resumen:

Tras el proceso electoral en México, se ha generado una gran cantidad de basura electoral, con toneladas de propaganda política aún visible en las calles de la Ciudad de México. Activistas de Greenpeace han retirado esta propaganda y la han dejado en las sedes de los partidos políticos, responsabilizándolos por la generación de residuos de un solo uso, elaborados con materiales sin plan de reciclaje conocido. Greenpeace exige a los partidos políticos un informe sobre los materiales utilizados, los proveedores contratados, el plan de reciclaje y los certificados de calidad de la resina para la producción de la propaganda impresa en plástico. Galelli, activista de Océanos sin plásticos de Greenpeace México, critica la inundación de nuestras ciudades con propaganda hecha con plásticos en medio de una crisis ambiental sin precedentes. Se señala la falta de información sobre el manejo de pendones y lonas, y se cuestiona si los plásticos de un solo uso serán reciclados. Además, se menciona la violación de la ley que permite solo la entrega de artículos promocionales textiles. Según un acuerdo del Instituto Electoral de la Ciudad de México, la propaganda electoral debe ser retirada después de 90 días de exhibición, tarea que recae en el gobierno de la Ciudad de México y las alcaldías, no en los partidos políticos. En la primera semana tras las elecciones, más de 1300 empleados del servicio de limpia retiraron 56 toneladas de propaganda plástica. La preocupación radica en que, si no se procesa adecuadamente, esta basura plástica se convierte en microplásticos y nanoplásticos, agravando la contaminación en la Ciudad de México y afectando la salud de sus habitantes. Se cuestiona la continuidad de estas campañas sucias, que ensucian visualmente las ciudades y generan basura no reciclable.

Transcripción: