MANUEL LOPEZ SAN MARTIN #OPINIÓN Tuvieron a López Obrador frente a sí por primera vez en seis años y se achicaron. Ni un legislador tuvo el valor de hacerle frente.
Transcripción:
DEFINICIONES
MANUEL LOPEZ SAN MARTIN #OPINIÓN Tuvieron a López Obrador frente a sí por primera vez en seis años y se achicaron. Ni un legislador tuvo el valor de hacerle frente. Ni una palabra
PETRIFICADA
La oposición partidista luce acabada. Camina a la irrelevancia. No sólo no aprendió la lección de 2018, cuando fue arrollada por la aplanadora de López Obrador y Morena, sino que parece decidida a la extinción.
Hace esfuerzos titánicos por anularse. Y no necesita ayuda de nadie, solita puede.
La estampa de lo ocurrido el pasado 1 de octubre en el Congreso, en la toma de protesta de Claudia Sheinbaum, los retrata en su cada vez más pequeña dimensión. Claudicaron.
Fueron invitados de piedra mientras la 4T hacía y deshacía sin ser molestados; testigos de una fiesta.
Y no, la tibieza de la oposición nada tiene que ver con la llegada de la primera mujer a la Presidencia.
Una cosa no limita otra. Por supuesto que Sheinbaum ganó su lugar en la historia y su arribo es legítimo y legal. Su llegada es histórica y la fuerza con la que lo hizo también: es la persona más votada en la historia de México, con casi 36 millones de votos.
que atestiguamos fue un momento único que no merecía ser ensuciado, por lo que implica para millones de mujeres en nuestro país.
Pero los minutos previos a que la Presidenta pusiera un pie en San Lázaro, forman parte de otro capítulo.
Por primera vez en seis años, la oposición tuvo frente a sí a Andrés Manuel López Obrador.
Él, que nunca los recibió ni convocó al diálogo; que se cansó se atacarlos, adjetivarlos y estigmatizar estaba a unos metros de distancia.
¿Y qué hicieron? Nada.
No sólo quedaron impávidos, sino que fueron testigos de la despedida del expresidente cual rockstar.
Casi media hora esperó AMLO a Sheinbaum en los pasillos y Tribuna de la Cámara de Diputados, y no hubo un solo legislador de oposición que tuviera el valor de hacerle frente. Nada. Ni una palabra, ni una protesta, ni un mensaje.
Lo dejaron in limpio.
El Presidente entró entre porras, aplausos y selfies. Hasta besos dio y recibió. Caminó sonriente y abriéndose paso entre un río de sus legisladores hasta subir a la Tribuna donde esperó varios minutos, tiempo aprovechado por decenas de diputados y senadores de la 4T para fotografiarse con él. ¿Qué hizo la oposición mientras tanto? Nada. Si acaso se limitó a observar.
La escena es tan simbólica como descriptiva: PAN, PRI y MC, sentados en sus asientos apenas parpadeando. Petrificados. Sometidos por la fuerza de López Obrador y su 4T. Ni un gesto, ni una palabra. Nada.
¿Así piensan levantarse de la lona? ¿Así planean ser competitivos electoralmente? ¿Entusiasmar a alguien? Millones de ciudadanos que no votaron por Morena y sus aliados deben sentirse en la orfandad; están solos.
La oposición no es capaz ni de plantar cara. Insultados y vapuleados, se achicaron. De ese tamaño son. A esa dimensión han sido reducidos.