Duda Razonable // ¿Ya empezará el sexenio?


Resumen:

¿Ya empezará el sexenio?

Transcripción:

¿Ya empezará el sexenio?

El Congreso, el gobierno, la opinión pública y la discusión en medios y redes, en estos dos primeros meses del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, han estado centrados alrededor de un proyecto que no era el de Claudia Sheinbaum, sino en la discusión y aprobación de una serie de reformas constitucionales, 18 para ser precisos, que envió al Legislativo el anterior presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Muchas de ellas no estaban en la agenda de la entonces candidata de Morena; otras estaban ahí, pero con matices; otras, simplemente, no. Aquellas iniciativas eran una especie de carta de despedida del presidente López Obrador sobre cosas que no pudo hacer él en sus últimos tres años por falta de mayorías calificadas, decisiones del Poder Judicial o porque ni siquiera se le habían ocurrido.

No tenía mucho espacio la entonces candidata para no abrazarlas y hacerlas suyas. No se iba a pelear con su líder, más allá de lo que ella y su equipo pensaran de cada una de las iniciativas.

Tal vez no contemplaban que la política interna de Morena, las broncas entre ellos y las ganas de seguir quedando bien con López Obrador y con ella al mismo tiempo terminaran en el batidillo que ha sido este inicio de Legislatura de sexenio. Dirán en el oficialismo que están muy unidos, que todos piensan igual y quieren lo mismo, por lo que es una mentira que esto estorbe o afecte a la presidenta.

Pero nadie quiere arrancar un sexenio reacomodando tantas fichas, con lo que esto significa para la operación cotidiana de gobernar. Pensemos en la reforma que quita autonomía a los órganos que estaban en la Constitución.

No es que desaparezcan, sino que ahora son absorbidos por diferentes dependencias, lo que significa un reacomodo burocrático, legal y administrativo que distrae no solo las funciones de los órganos mudados, sino las dependencias a donde se trasladan. Si esa mudanza parece complicada, imaginemos la del Poder Judicial con lo que está sucediendo y lo que viene de aquí a la elección del próximo año: los cambios que implicará en todo el Poder Judicial y la operación cotidiana de los tribunales.

No me ocupo hoy de si esos cambios serán para bien o para mal; por lo pronto, me interesa lo que significan para la operación real de una administración que arranca, aunque por lo pronto no sabemos cuándo.

Nadie quiere arrancar reacomodando tantas fichas.

CARLOS PUIG