Resumen:
A casi dos meses de la elección federal seguimos viviendo el efecto de los resultados que, a lo largo y ancho del país, ratificaron el abrumador paso de Morena que, una vez más, hizo sentir su fuerza en las urnas como aquel histórico 2018. De hecho, el apoyo fue mucho más intenso y holgado. Hablamos de más de 36 millones de voluntades que, con plena convicción, decidieron manifestar su simpatía a la causa lopezobradorista. Eso, sabemos, ha sido una noticia que le ha costado mucho trabajo digerir a la oposición, al grado de victimizarse y realizar comentarios sinrazón alguna. La misma Xóchitl Gálvez, una y otra vez, ha salido a los medios a justificar el fracaso de su campaña bajo otros argumentos que no son apremiantes.
Transcripción:
A casi dos meses de la elección federal seguimos viviendo el efecto de los resultados que, a lo largo y ancho del país, ratificaron el abrumador paso de Morena que, una vez más, hizo sentir su fuerza en las urnas como aquel histórico 2018. De hecho, el apoyo fue mucho más intenso y holgado. Hablamos de más de 36 millones de voluntades que, con plena convicción, decidieron manifestar su simpatía a la causa lopezobradorista. Eso, sabemos, ha sido una noticia que le ha costado mucho trabajo digerir a la oposición, al grado de victimizarse y realizar comentarios sinrazón alguna. La misma Xóchitl Gálvez, una y otra vez, ha salido a los medios a justificar el fracaso de su campaña bajo otros argumentos que no son apremiantes.
Está muy claro: el Frente Amplio por México se enfrentó a una maquinaria social que, una vez más, salió en grandes proporciones a darle el apoyo incondicional al movimiento de izquierda. Eso significa que, para el caso, no hay nada que pueda cuestionar o poner en duda el triunfo abrumador. Fueron, ni más ni menos, más de veinte millones de votos de diferencia los que sacudieron el tablero electoral. Eso, además de legitimar la victoria de Claudia Sheinbaum, corroboró el desdén y la animadversión que existe por la oposición. De igual forma, originó un efecto en los 300 distritos del país que, en su inmensa mayoría, conquistó la coalición Seguimos Haciendo Historia. Con esos datos numéricos, Morena tendrá los mecanismos legislativos para modificar el marco constitucional, aunque Xóchitl amague con movilizar a la sociedad.
Dado los resultados obtenidos en las urnas, Morena gobernará más entidades federativas y, de paso, tendrá un poderoso dominio en ambas cámaras legislativas. Eso, de igual manera, es algo que no se puede cuestionar habiendo alcanzado cifras históricas de votación. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de la elección en la alcaldía Cuauhtémoc. La respuesta es muy clara: hubo un espiral de irregularidades que, en definitiva, influyeron en el resultado final. No cuadra, para nada, el pronóstico de todas las encuestas que, meses atrás, ratificaban a Morena como el gran favorito. De hecho, hablamos de los mismos estudios metodológicos que, de forma clara, ponderaban el dominante paso de Claudia Sheinbaum.
Resulta muy evidente que el día de la votación a lo largo y ancho de la alcaldía Cuauhtémoc se operó para coaccionar el voto a favor de la candidata del PRIAN. De igual forma, hubo irregularidades en muchas secciones y casillas. A su vez, queda claro, se manipularon datos en el conteo de las actas que, al final de cuentas, presentaron evidencias claras de desaseo. Eso, además de desconfianza, genera muchas dudas e incertidumbres por el resultado del cómputo final en la Cuauhtémoc. De hecho, lo más democrático, evidentemente, hubiese sido contar voto por voto para limpiar el ejercicio del pasado dos de junio. Catalina Monreal, en efecto, tiene todo el derecho de ejercer cualquier mecanismo jurídico para pedir transparencia.
Eso sin olvidar que, por medio de distintos mecanismos perniciosos, el PRIAN operó una guerra sucia contra la abanderada de Morena en la alcaldía Cuauhtémoc. Se encontró, por ejemplo, un espiral de episodios en los que la candidata del PRIAN incurrió en violencia política de género. El propio Instituto Electoral de la Ciudad de México, a través de un resolutivo, concluyó en las faltas graves que se han señalado. Siendo así, se trató de una cancha dispareja en todos los sentidos, empezando por las simulaciones de hechos que, de igual manera, fueron otro de los componentes de la derecha para operar el desaseo.
Ayer, de hecho, la candidata del PRIAN estuvo en conferencia de prensa en las inmediaciones del Senado. La misma Xóchitl Gálvez, que no representa un liderazgo real, respalda el desaseo que se vivió.
Y si de apoyo hablamos, Catalina Monreal, además del respaldo presidencial de Claudia Sheinbaum, fue cobijada por las dirigencias del partido. O sea que, en vista de ello, la lucha por la democratización de la elección seguirá. Hay, de hecho, instancias del poder judicial electoral que faltan por deliberar ante el reclamo legítimo de la candidata de la coalición, Seguimos Haciendo Historia. A la par de ello, existe organización social para la defensa del voto que sigue alimentando una gran oleada de simpatías del electorado del partido guinda, pero de igual forma, de la población en general que, ante el inminente fraude electoral en la Cuauhtémoc, ha pedido voto por voto.
A propósito de ello, hay asambleas de información de parte de la abanderada de Morena, Catalina Monreal. Ayer, en efecto, abarrotó la plaza principal de la alcaldía Cuauhtémoc. Es sencillo: ha decidido defender a capa y espada cada uno de los votos. Eso, además de valentía, habla de una luchadora social en todos los sentidos. En pocas palabras, es la lucha legítima de Caty.