Capital Político // Clara someterá a los alcaldes
Resumen:
En vista de lo bien que le funcionó electoralmente a Andrés Manuel López Obrador designar delegados del Bienestar en cada estado para controlar, a través de ellos, los programas sociales y amarrar a los gobernadores, en la CDMX se cocina algo similar.
Transcripción:
En vista de lo bien que le funcionó electoralmente a Andrés Manuel López Obrador designar delegados del Bienestar en cada estado para controlar, a través de ellos, los programas sociales y amarrar a los gobernadores, en la CDMX se cocina algo similar.
Luego de que el Congreso capitalino aprobó dar a la Jefatura de Gobierno el monopolio de esos programas, quitando esa facultad a las alcaldías, que definían los apoyos en función de las necesidades territoriales, ahora viene el control político.
Porque no se trata solamente de haber centralizado el manejo de los programas en el gobierno capitalino, sino que eso le dio a Clara Brugada el excelente pretexto para nombrar sus propios delegados del Bienestar en cada alcaldía.
Y hay que ponerles ojo a quienes nombren en esos puestos, pues se convertirán en los grandes benefactores, con amplias posibilidades de ser los siguientes candidatos a alcaldes, tal como ocurrió con la mayoría de los delegados en los estados del país.
El puesto les permitiría hacer campaña durante, al menos, tres años. Los delegados del Bienestar, además de convertirse en una especie de Santaclós, serán una cuña no sólo para la oposición, sino para los propios morenistas.
Porque serán ellos quienes lleguen con los regalos y hagan la gestión usando recursos públicos, sin que las autoridades electorales —si es que sobreviven— los puedan sancionar de alguna manera, pues estarán trabajando bajo el disfraz de benefactores ciudadanos.
Y aquí es donde cobra importancia el nombramiento de Araceli Damián como secretaria de Inclusión y Bienestar Social de la CDMX, que indudablemente incidirá en el tema electoral de los próximos años.
Muchos estaban pendientes de ese nombramiento, pues significará tener en sus manos una buena parte de los padrones de beneficiarios de programas sociales, lo que permitirá hacer política con las personas indicadas.
Si esos padrones, usados para las elecciones de junio en la ciudad y en el país, les dieron excelentes resultados, cuanto y más ahora que ya probaron su eficiencia. El tema será cómo hacer compatibles los archivos de la ciudad con los de la Secretaría del Bienestar federal.
Tuvieron suerte los diputados de Morena de que ganara Brugada, porque, si bien se trataba de dejarle la mesa puesta para controlar a los alcaldes de oposición, en caso de que hubiera ganado Santiago Taboada, ahorita estarían dándose de topes.
Lo malo para algunos diputados de la 4T que aprobaron darle todo el poder a la Jefatura de Gobierno es que igual se echaron la soga al cuello ahora que serán autoridad.
Janecarlo Lozano, en GAM; Circe Camacho, en Xochimilco; Octavio Rivero, en Milpa Alta; Fernando Mercado, en Magdalena Contreras; Lourdes Paz, en Iztacalco; Nancy Núñez, en Azcapotzalco, y Gabriela Osorio, en Tlalpan, lo aprobaron como diputados y serán alcaldes.
Por mucho que algunos se crean consentidos de Clarita, tendrán que cuadrarse. Y no se diga Aleida Alavez en Iztapalapa, a quien Brugada no le perdona ocupar el territorio que fue su bastión.
CENTAVITOS
Muy grave lo que pasa con la huelga nacional que jueces y magistrados realizan en contra de la iniciativa presidencial para reformar el Poder Judicial, uno de los tres que conforman la República. Es algo que nunca había visto el país, pero, además, hay que agregar el malestar de los empresarios nacionales y la preocupación de los inversionistas extranjeros. El asunto pinta para acabar muy mal; qué necesidad de dejarle una bomba a Claudia Sheinbaum.
Luego de que el Congreso capitalino aprobó dar a la Jefatura de Gobierno el monopolio de esos programas, quitando esa facultad a las alcaldías, que definían los apoyos en función de las necesidades territoriales, ahora viene el control político.
Porque no se trata solamente de haber centralizado el manejo de los programas en el gobierno capitalino, sino que eso le dio a Clara Brugada el excelente pretexto para nombrar sus propios delegados del Bienestar en cada alcaldía.
Y hay que ponerles ojo a quienes nombren en esos puestos, pues se convertirán en los grandes benefactores, con amplias posibilidades de ser los siguientes candidatos a alcaldes, tal como ocurrió con la mayoría de los delegados en los estados del país.
El puesto les permitiría hacer campaña durante, al menos, tres años. Los delegados del Bienestar, además de convertirse en una especie de Santaclós, serán una cuña no sólo para la oposición, sino para los propios morenistas.
Porque serán ellos quienes lleguen con los regalos y hagan la gestión usando recursos públicos, sin que las autoridades electorales —si es que sobreviven— los puedan sancionar de alguna manera, pues estarán trabajando bajo el disfraz de benefactores ciudadanos.
Y aquí es donde cobra importancia el nombramiento de Araceli Damián como secretaria de Inclusión y Bienestar Social de la CDMX, que indudablemente incidirá en el tema electoral de los próximos años.
Muchos estaban pendientes de ese nombramiento, pues significará tener en sus manos una buena parte de los padrones de beneficiarios de programas sociales, lo que permitirá hacer política con las personas indicadas.
Si esos padrones, usados para las elecciones de junio en la ciudad y en el país, les dieron excelentes resultados, cuanto y más ahora que ya probaron su eficiencia. El tema será cómo hacer compatibles los archivos de la ciudad con los de la Secretaría del Bienestar federal.
Tuvieron suerte los diputados de Morena de que ganara Brugada, porque, si bien se trataba de dejarle la mesa puesta para controlar a los alcaldes de oposición, en caso de que hubiera ganado Santiago Taboada, ahorita estarían dándose de topes.
Lo malo para algunos diputados de la 4T que aprobaron darle todo el poder a la Jefatura de Gobierno es que igual se echaron la soga al cuello ahora que serán autoridad.
Janecarlo Lozano, en GAM; Circe Camacho, en Xochimilco; Octavio Rivero, en Milpa Alta; Fernando Mercado, en Magdalena Contreras; Lourdes Paz, en Iztacalco; Nancy Núñez, en Azcapotzalco, y Gabriela Osorio, en Tlalpan, lo aprobaron como diputados y serán alcaldes.
Por mucho que algunos se crean consentidos de Clarita, tendrán que cuadrarse. Y no se diga Aleida Alavez en Iztapalapa, a quien Brugada no le perdona ocupar el territorio que fue su bastión.
CENTAVITOS
Muy grave lo que pasa con la huelga nacional que jueces y magistrados realizan en contra de la iniciativa presidencial para reformar el Poder Judicial, uno de los tres que conforman la República. Es algo que nunca había visto el país, pero, además, hay que agregar el malestar de los empresarios nacionales y la preocupación de los inversionistas extranjeros. El asunto pinta para acabar muy mal; qué necesidad de dejarle una bomba a Claudia Sheinbaum.