Resumen:
A SESIÓN de mañana en el Congreso es ordinaria, pero no cualquiera.
SI TODO va como hasta ahora, la Ley de Bienestar que envió Jefatura de Gobierno podría discutirse y, en una de esas, conseguir la aprobación con la mayoría del cuatroteísmo.
Y CUENTAN que la prisa es todo, menos casual.
Transcripción:
A SESIÓN de mañana en el Congreso es ordinaria, pero no cualquiera.
SI TODO va como hasta ahora, la Ley de Bienestar que envió Jefatura de Gobierno podría discutirse y, en una de esas, conseguir la aprobación con la mayoría del cuatroteísmo.
Y CUENTAN que la prisa es todo, menos casual.
LA TIRADA es que, una vez avalada, desde Donceles contesten a los jueces que este andamio legal es nada más y nada menos que: ¡el Sistema de Cuidados capitalino!
ASÍ, ya no tendrían que ponerse a trabajar en aprobar el verdadero, luego de que ciudadanos y activistas han conseguido amparos para apurar a los diputados con este tema.
UNOS dan gato por liebre y, aquí, una ley por otra.
PERO, bueno, no puede esperarse mucho de una Legislatura que ha preferido el espectáculo antes que el trabajo legislativo.
¿OTRO ejemplo?
CUENTAN que hay quien considera que, pese a al rezago de iniciativas, lo más importante es organizar en el Pleno ¡una demostración de danza!
CON todo y que hay un reglamento que limita el uso del recinto, creen que vale la pena una excepción.
¿ES uno de los poderes de la Ciudad o una casa de cultura?
CON las protestas en Masaryk y Lomas de Chapultepec contra un empresario, poco a poco van saliendo los peines.
QUIENES las organizan -con pintas y huevazos incluidos- acusan al susodicho de una larga lista de delitos y hasta adeudos laborales. Dicen ser trabajadores, peeeeeero, todo indica que la razón es muy diferente.
SEGÚN esto, el conflicto es un asunto personal y quienes se sintieron agraviados fueron nada más y nada menos que los sindicalistas consentidos de la 4T: los Haces.
QUE de ahí la decisión de armar un linchamiento público disfrazado de manifestaciones y, sobre todo, que sus enviados hacen los desmanes sin que nadie los toque con el pétalo de un operativo.
¿QUÉ tal, eh?