Transcripción:
ALBERTO NÁJAR, CONDUCTOR: Seguimos en IMER Noticias. Uno de los aspectos donde existe una profunda desigualdad en general en México lo hay, desigualdad de género, pero específicamente uno de los temas donde sí se nota mucho es en la vida sindical.
Resulta que solamente el 14% de los sindicatos en México son dirigidos por mujeres o tienen en sus comités ejecutivos mujeres e inclusive en algunas organizaciones sindicales, por ejemplo, que tienen los contratos con empresas de maquila, pienso, por ejemplo, en el Norte del País, en Ciudad Juárez, donde una buena gran parte de los agremiados son mujeres, pues ahí los líderes son hombres. Esta desigualdad no puede seguir, no es normal.
Y para entender de qué se trata, hablamos con Ana María Nolasco, ella es integrante del Observatorio para la Igualdad Sustantiva de los Sindicatos. Ana María, gracias por esta conversación con IMER Noticias. Le saluda Alberto Nájar. Buenos días.
ANA MARÍA NOLASCO, INTEGRANTE DEL OBSERVATORIO PARA LA IGUALDAD SUSTANTIVA DE LOS SINDICATOS: Excelente, excelente día. Muchas gracias por el espacio para este tema que es muy importante para la justicia social y para el bienestar de las familias mexicanas en general.
ALBERTO NÁJAR: De hecho, Ana María, entiendo que México es, de acuerdo con el Observatorio, el segundo país de América Latina que tiene la menor participación de mujeres en los sindicatos. Cuéntenos de eso.
ANA MARÍA NOLASCO: Sí, sí, se han realizado diversos estudios con compañeras de incluso de otros países y en efecto, en México y sobre todo hasta antes de la reforma del 2019, la participación de las mujeres en los sindicatos dentro del espacio de toma de decisiones es de los de los menores. Ha avanzado un poquito con la reforma del 2019, pero todavía consideramos que es pobre.
ALBERTO NÁJAR: Es decir, que tenemos esta situación. En Guatemala es el país donde tiene más desigualdad, según entiendo. ¿Cuál es la consecuencia de que en México, yo citaba por ejemplo, el caso de organizaciones sindicales donde la mayoría de los agremiados son mujeres, pues están dirigidos por hombres? ¿Cuál es la consecuencia que observan ustedes, además de, por supuesto, de este tema de la desigualdad?
ANA MARÍA NOLASCO: Obviamente, cuando tú eres parte de una organización sindical, pues la directiva del sindicato es quien está al frente de las negociaciones colectivas y por lo tanto también quienes elaboran las propuestas para esa negociación. Entonces, cuando no está presente la mirada de gran parte de la organización, como bien se señala, algunos sindicatos eran totalmente de mujeres y sin embargo el liderazgo era un hombre, o hombres enfermeras, o muchos, muchos de estos espacios donde la presencia de las mujeres es mayoritaria, estaban hombres.
¿Qué impacta a la hora de negociar los contratos colectivos? No están presentes las necesidades de la mayoría de la fuerza laboral, entonces esto impacta tanto a las trabajadoras de ese sindicato, pero también a sus familias y por lo tanto a la sociedad toda. Entonces, en tanto no haya esta igualdad en el trabajo, por supuesto que no tendremos las mejores condiciones para el desarrollo de incluso de las familias.
ALBERTO NÁJAR: En los últimos años se ha impulsado una reforma laboral que permitió, por ejemplo, que se estableciera ya por fin la elección democrática de los líderes sindicales, se hizo una revisión de los contratos colectivos registrados en las juntas de conciliación, resulta que la mayor parte, más del 80, 90 % pues son contratos de protección y ya es una obligación, inclusive ya establecido en el Tratado de libre Comercio América de Estados Unidos y Canadá, el que exista una vida sindical democrática y libre. ¿Esto de qué manera ha servido o no para mejorar la igualdad en la representación de mujeres en la vida sindical? Como que parece que no ha llegado todavía a este punto, a este tema Ana María.
ANA MARÍA NOLASCO: Todavía no en el grado en que nosotras quisiéramos y que se vea reflejado en lo que ya comentaba de un bienestar general y también del fortalecimiento mismo de las lideresas sindicales. Entonces hay como varios niveles, en efecto, tanto la reforma laboral del 2019 como el capítulo laboral del TMEC, bueno, pues ponen algunas directrices para que esto mejore. Por un lado la proporcionalidad de género y donde ha habido muchas resistencias, no estamos hablando de paridad, sino de proporcionalidad género al interno de los sindicatos y aún así ha habido resistencias ¿para qué? Para llegar a la toma de decisiones.
O sea, muchos sindicatos lo que hicieron es generar carteras como suplementarias, ¿no? Para cumplir con la ley, pero que no se ve reflejado realmente en la vida sindical y en la toma de decisiones.
Estamos como ya decía, en el proceso en las organizaciones y las otras, como se señalaba en el evento del aniversario del Observatorio, muchas veces ponían la cartera titular para un hombre y el suplente para una mujer, pero solamente es una suplente y con eso trataban de cumplir con la ley.
Entonces, si bien tenemos ya en la ley esta parte de la proporcionalidad, también la democracia, el hecho de que sea un voto secreto, el que pueda haber un mayor análisis, el que se expresen los trabajadores, eso también ayuda porque pues teníamos algunos liderazgos sindicales enquistados y todavía tenemos por ahí algunos o varios o muchos que finalmente por diferentes formas en cómo se maneja el sindicato y diferentes culturas, pues es muy difícil el que podamos establecer una renovación.
Entonces es por un lado la proporcionalidad, por otro lado efectivamente la democracia, la libertad sindical que permite en un momento mucho más amplio que exista más de un sindicato en la empresa, pues esto también crea perspectivas, tenemos organismos donde hay dos, tres y en el sindicato en cultura tenemos varios sindicatos y curiosamente cuando los sindicatos son más de contacto con las bases, llegan mujeres, mujeres llegan a ser las lideresas sindicales, eso lo hemos observado, todavía no se impacta a los grandes sindicatos.
Y por otro lado, tenemos hoy ahí la herramienta de lo que nos da el Tratado de Libre Comercio en empresas como las maquiladoras, que es también lo que lo que estamos buscando, que cuando haya toda esta desventaja de género, bueno, pues también se puedan poner las quejas correspondientes.
ALBERTO NÁJAR: Bueno, y también cambiar lo que implicaría el reconocimiento de la vida normativa de cada organización sindical, porque no es nada más el hecho, yo quiero ponerlo de esta manera, no sé qué piense Ana María, el hecho de que llegue una mujer a un cargo sindical, sino que actúe y trabaje para las mujeres, porque tenemos el caso del SNTE de Elba Esther Gordillo, que ahora sí que una política de género estuvo, pero absolutamente a distancia sideral de su trabajo, ¿no?
ANA MARÍA NOLASCO: Sí, sí, definitivo. Y tiene que ver con esa cultura todavía patriarcal que permea en todo lo que es el ámbito laboral y particularmente en los sindicatos, donde muchas mujeres se masculinizaban para poder llegar a esos cargos de toma de decisiones, es decir, y olvidaban, para sentirse más fuertes, olvidaban las causas de género. Sí, es clásico para nosotras esa frase de que “cuerpo de mujer no garantiza por toma de decisiones de género”.
ALBERTO NÁJAR: ¿Cuál es una recomendación? Sí, sí, perdón, no, le quería preguntar justamente para evitar este proceso, porque es justamente esta palabra que me parece importante, la masculinización de la vida sindical, en este caso, para poder llegar al poder, como si esto fuera condición necesaria, sin contar todas las historias que hay ahí de acoso y etc.
¿Cuáles son las…? Porque además ese es otro tema también, los líderes sindicales tienen como esa idea de que las mujeres forman parte de, son como que de su propiedad, las trabajadoras.
ANA MARÍA NOLASCO: Sí, en muchos lugares tenemos casos terribles, efectivamente, donde los líderes sindicales pues presionan de alguna manera y chantajeando para obtener incluso favores sexuales, y esto siempre es en contra de las trabajadoras en su mayoría. Y es tan complicado el poder apoyarlas en ese sentido, precisamente por eso, por cómo están estructuradas muchas de estas organizaciones, sobre todo muchas más tradicionales, y como se decía, aquellas que tienen que ver con, nosotros decimos con charrismo sindical, con contratos de protección, o los mismos sindicatos blancos, en estos conceptos, que si bien se han ido disminuyendo, todavía están ahí presentes.
ALBERTO NÁJAR: Y finalmente, perdóname Ana María, ya le estoy interrumpiendo, termine.
ANA MARÍA NOLASCO: Sí, sí. Y entonces, bueno, para el observatorio es importante impulsar, promover y fortalecer la perspectiva de género, tanto en los estatutos de las organizaciones sindicales, pero también dar formación a las trabajadoras, generar un gran movimiento para que también empiezan a tomar en sus manos esta situación.
¿Justo era lo que le quería preguntar, las recomendaciones del observatorio para cambiar este tema de la profunda desigualdad en la vida sindical, además de esto que nos acaba de comentar, qué recomendaciones puntuales son las que tienen que llevarse a cabo para terminar con este problema?
ANA MARÍA NOLASCO: Yo creo que es muy amplio, Alberto, fíjate que tiene que ver con la cultura todavía patriarcal subyacente, entonces hay que trabajar en varios niveles. Nosotras consideramos indispensable pues estar pendientes, estar monitoreando los avances de la igualdad sustantiva en los sindicatos a partir de estas reformas. Obviamente tener una mayor comunicación con la sociedad para que los trabajadores se enteren de que podemos en un momento dado unirnos y también pueden tener apoyo y acompañamiento en sus procesos.
Por ahí hay ya, por ejemplo, una demanda para reclamar si no se cumple esta proporción del género o si hay violencia política en los sindicatos. Estar en contacto y establecer vinculación permanente con las autoridades y los organismos nacionales, internacionales, para incidir en esas políticas sindicales a favor de las mujeres trabajadoras.
Pero que estamos convencidas que esto impacta a la organización positivamente, la fortalece, porque les decíamos como siempre, si la mitad, o una gran proporción de tu organización sindical es considerada trabajadora de segunda o no se escucha su voz, pues esto cae sobre la fortaleza de la organización sindical, sobre la defensa de los derechos laborales, sobre el bienestar de las familias, de las y los trabajadores y por supuesto en la justicia social.
ALBERTO NÁJAR: Pues ahí están las recomendaciones muy puntuales para terminar con este problema de la desigualdad de género en la vida sindical, que es apenas uno de los aspectos de nuestra vida cotidiana en México donde existe este problema. Ana María Nolasco, Integrante del Observatorio para la Igualdad Sustantiva de los Sindicatos, muchas gracias por esta conversación con IMER Noticias.
ANA MARÍA NOLASCO: No, pues muchas gracias por este espacio. Estamos convencidas de que el poder tener la posibilidad de decir estas cosas va impactando poco a poco en nuestra misma sociedad y eso es bien, bien importante. Los medios, ese es el gran, la gran compromiso de los medios, realmente ese debería de ser.
ALBERTO NÁJAR: Esa es la idea justamente, que se escuchen estos temas, porque digo, luego no, no es frecuente que se toquen estas situaciones, pero qué bueno que lo pudimos hacer aquí mismo. De nuevo, gracias, que tenga buen día.
ANA MARÍA NOLASCO: Excelente día. Gracias.
ALBERTO NÁJAR: Hasta pronto. Y si la verdad es que en los sindicatos, si se da el caso, por ejemplo de organismos, sindicatos, me tocó a mí verlo casi 40 años en este trabajo, me ha tocado ver muchas cosas, pero una de ellas era por ejemplo de sindicatos donde solamente eran mujeres, en el caso de trabajadoras de la maquila, de entrada no sabían que tenían sindicato, pero cuando se enteraban, pues resultaba que su líder sindical era un hombre y que pues ejercía así como de una forma misógina y machista su trabajo, en el caso de las trabajadoras de la maquila.
Pero por ejemplo, en el caso del Sindicato de Trabajadoras de la Educación, donde a una buena parte, la mayoría de los miembros son mujeres o maestras, pues resulta que tuvieron a una lideresa como el vestir gordillo, que pues política de género no crea usted que aplicó mucho, no, a pesar de que en su discurso lo repetía y lo repetía, pues no, la realidad era otra. En fin, vamos a un corte, ya volvemos.
LHEH