Estadunidenses desplazan a narcos mexicanos


Resumen:

Agencias de seguridad y migración han detectado en la frontera Sonora-Arizona a estadounidenses que cometen delitos para distintos grupos de la delincuencia organizada, como tráfico de drogas, armas, migrantes y traslado legal de dinero en efectivo.

Transcripción:

Agencias de seguridad y migración han detectado en la frontera Sonora-Arizona a estadounidenses que cometen delitos para distintos grupos de la delincuencia organizada, como tráfico de drogas, armas, migrantes y traslado legal de dinero en efectivo.

Registros de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos indican que hasta el 80% de las personas condenadas por tráfico de fentanilo en la frontera son norteamericanos, lo que indica que los cárteles aprovechan la ciudadanía estadounidense como un activo para sus negocios, quitándole a los mexicanos el "trabajo" de contrabandear.

El pasado 28 de agosto, una estadounidense fue aprehendida en la garita de Nogales, luego de ingresar a México con dos fusiles Barrett calibre .50 escondidos en el motor de su camioneta.

Además, hay registro de estadounidenses que también trafican a migrantes que, después de cruzar la frontera, se suben a vehículos con placas de EU. Estos, al ser conducidos por ciudadanos, no pueden ser detenidos a menos que cometan una infracción o haya "causa probable".

En la frontera entre Sonora y Arizona, ciudadanos estadounidenses han sido descubiertos por las agencias de seguridad y migración contrabandeando para el narco mexicano armas, dinero, droga e indocumentados, figurando niños dentro de sus víctimas.

En la frontera, el tráfico ilegal ocurre en dos sentidos: la droga y los indocumentados van de México hacia el norte; mientras que las armas y el dinero de estos crímenes vienen de Estados Unidos hacia el sur.

Desde 2015, el fentanilo comenzó a ganar terreno como el gran negocio para los cárteles, quienes encontraron en los estadounidenses la manera más discreta de llevar los cargamentos a través de la frontera.

En la campaña presidencial de EU, el tema de la migración, el combate al fentanilo —droga que causa 100 mil muertes al año— y la seguridad fronteriza son primordiales para el electorado, y en su discurso, el candidato republicano Donald Trump acusa a indocumentados como los responsables del contrabando de drogas.

La realidad es otra: el mayor grupo conocido de contrabandistas de fentanilo no lo integran mexicanos que atraviesan el desierto o por narcotúneles, sino estadounidenses que cruzan la frontera legalmente por las garitas internacionales.

Según registros de la Comisión de Sentencias de EU (U.S. Sentencing Commission), hasta el 80% de las personas condenadas por tráfico de fentanilo en la frontera son estadounidenses, pues los cárteles los aprovechan como un activo para sus negocios.

Los estadounidenses arrebatan a los mexicanos los trabajos del contrabando y no solo para llevar droga, sino también para traer armas y dinero a México.

El pasado 28 de agosto, una ciudadana del país del norte fue aprehendida en la garita fiscal de Nogales, Sonora, luego de ingresar al país con dos fusiles Barrett M82 calibre .50 escondidos en el motor de su camioneta, el arma preferida de sicarios por su poder de fuego que prácticamente atraviesa todo blindaje.

La camioneta, con placas de Oklahoma, ingresó por el carril "nada que declarar", pero no libró la revisión de agentes aduanales mexicanos que encontraron las metralletas amarradas al motor.

En reportes oficiales de las agencias fiscales de México y EU están documentados decenas de casos de mujeres, adultos mayores y jóvenes tratando de ingresar al país con armas y dinero sin ser declarados.

Para pasar desapercibidos, los estadounidenses aprovechan situaciones cotidianas para justificar su viaje de contrabando: citas por turismo médico, visitas a familiares, compras o jóvenes que cruzan la frontera para disfrutar la vida nocturna o por estudios.

Recientemente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza alertó a las autoridades en México que los cárteles están aprovechándose de adolescentes y familias estadounidenses como mulas para traficar fentanilo.

A principios del mes pasado, en dos días consecutivos, los agentes de Migración descubrieron a menores de edad con cargamentos de la droga sintética en la garita de San Luis; en ambos casos, quienes llevaban la droga eran ciudadanos de aquel país.

El primer incidente ocurrió la tarde del 2 de septiembre, cuando agentes de la migra descubrieron a una adolescente de 16 años que había sido reportada como desaparecida en su país, llevando paquetes con fentanilo.

El paquete contenía 1.63 kilogramos de fentanilo, lo que equivale a 16 mil 200 píldoras, informó el CBP.

Al día siguiente, agentes del CBP detuvieron a una familia de 32 años, acompañada de sus dos hijos de 9 y 11 años, todos estadounidenses.

"En la zona de inspección secundaria, los agentes detectaron anomalías en los cuatro neumáticos. La unidad contenía 8 paquetes escondidos en las llantas que contenían más de cuatro kilos de crystal, superior a 200 mil dólares".

Además del tráfico de droga, armas y dinero, recientemente una mujer intentó salir con niños mexicanos drogados, pero fue sorprendida en la garita y está siendo enjuiciada por tráfico de infantes.

La mujer presentó documentos que demostraban que eran familiares, pero luego de muchos intentos por demostrarlo, estos denunciaron "algo" y que la mujer no era su madre.

Los ciudadanos estadounidenses también participan en el traslado de grupos de inmigrantes que, después de cruzar la frontera, se suben a vehículos con placas de EU que, al ser conducidos por ciudadanos, no pueden ser detenidos o molestados por las autoridades, a menos que cometan alguna infracción o exista una "causa probable", un requisito legal para que un agente pueda detener, arrestar, registrar o incautar material de un probable delito.

De acuerdo con los registros del sistema judicial en EU, por la declaración de los propios estadounidenses enjuiciados por contrabando, uno de los principales centros para el reclutamiento que aprovechan los cárteles son los centros de rehabilitación en el territorio mexicano, donde muchos estadounidenses vienen para rehabilitarse debido a que los costos son más accesibles.

En la frontera, el tráfico ilegal ocurre en dos sentidos: la droga y los indocumentados van de México hacia EU, mientras que las armas y el dinero cruzan de EU a México.

El mayor grupo de traficantes de fentanilo lo integran ciudadanos de EU.